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domingo, 27 de octubre de 2013

He visto vidas maravillosamente transformadas (Como lo relató Percy Iszlaub) Primera parte

ALLÁ en 1949 un japonés llamado Kimihiro Nakata asesinó a dos hombres. Recibió paga por hacer esto. Aquellos eran tiempos de violencia. Se habían desperdiciado millones de vidas en los campos de batalla, y, por algún tiempo, la violencia de aquellos días continuó durante los años de la posguerra.

Mi esposa Ilma y yo acabábamos de llegar al Japón para servir de misioneros, inmediatamente después de la II Guerra Mundial. Para entonces Kimihiro tenía solo 18 años de edad. El tribunal lo sentenció a muerte en la horca. Si tan solo hubiera sido unos meses más joven, no se le hubiera podido haber sentenciado a muerte.

Fue enviado a la prisión de Fukuoka y asignado a una sección para los sentenciados a muerte.

En el Japón no se acostumbra decir al condenado a muerte cuándo se le ha de ejecutar. Alguien pudiera estar en la sección de los sentenciados a muerte por una semana, un mes, un año, o por muchos años; un hombre estuvo en ésta por 30 años. En prisión, Kimihiro se convirtió en un hombre trastornado y violento. Solía asirse firmemente de las barras de su celda y gritar: “¡Por qué no me matan! ¡Terminen de hacerlo de una vez!” Pero pasaban los años y no lo ejecutaban.

Con el tiempo, Kimihiro se interesó en la religión. Obtuvo una Biblia y comenzó a leerla con placer. Sin embargo, tenía preguntas para las cuales no podía hallar respuesta. Un día, a mediados de los años cincuenta, recibió un número de la revista La Atalaya. Un conocido, a quien no le interesaba la revista, se la había enviado. Esto era precisamente lo que Kimihiro había estado buscando.

Escribió a la Sociedad Watch Tower pidiendo más información, y se hicieron arreglos para que un testigo de Jehová lo visitara. El Testigo visitó la prisión, y allí, en la sección de los sentenciados a muerte, Kimihiro comenzó a estudiar la Biblia.

Mientras tanto, en septiembre de 1957 nosotros recibimos un cambio en nuestra asignación misional para la ciudad de Fukuoka. Para el mismo tiempo, el Testigo que estudiaba con Kimihiro se mudó, por lo cual yo me encargué de conducir los estudios semanales en la sección de los sentenciados a muerte. Kimihiro había sido bautizado en el baño de la prisión justamente antes de nuestra llegada a Fukuoka.

De modo que allí encontré a un hermano cristiano cuya personalidad había cambiado radicalmente. Con el transcurso de los meses y a medida que yo continuaba efectuando mis visitas semanales llegué a estar más allegado a Kimihiro y encariñado con él.

A medida que fuimos conociéndonos, pude ver similitudes entre la vida pasada de él y la mía.

De hecho, muchas veces pensé que si yo hubiera seguido con mi anterior modo de vivir, también habría parado en la prisión.

UNA VIDA DE PENDENCIERO


Cuando yo era un niño de edad escolar y crecía en el sudeste de Queensland, Australia, comencé a fumar y a beber. Esto me metió en dificultades con la policía de la localidad. Todas las semanas me emborrachaba y peleaba en la cantina. En cierta ocasión le lancé un vaso de cerveza en la cara a un hombre que me insultó. Destrocé dos automóviles mientras manejaba en estado de embriaguez y escapé por un pelo de sufrir heridas graves en carreras de motocicletas.

El fumar y el beber me llevaron a jugar por dinero. Cuando la policía allanaba nuestro lugar preferido de juego, buscábamos otro lugar donde jugar. En cierta ocasión, para ganar una apuesta, entré a medianoche en pijamas en un salón de baile atestado de personas; llevaba un helado en la mano y un collar de salchichas alrededor del cuello. Gané la apuesta, pero no pude escapar de la policía, que me arrestó por conducta desordenada.

Hasta me vi envuelto en robos, una actividad que comencé por medio de hurtar en un hogar privado. Después entré por la fuerza en un cine y robé dinero y cigarrillos. Logré ampliar mis operaciones de robo cuando un compañero y yo hurtamos el motor de un automóvil y lo instalamos en el chasis de otro auto. Lo vendimos para obtener ganancia.

El rugby era mi deporte favorito. Jugaba en la posición del medio detrás de las líneas cerradas de los delanteros del equipo. Jugábamos para ganar; nuestro lema era ‘lastimar al otro.’ Un día, mientras yo corría con el balón, los del otro equipo me “lastimaron”... salí del juego con dos costillas rotas y el diafragma lesionado.

CIERTO SENTIDO DE RESPONSABILIDAD

Al mismo tiempo me preocupaba por mi familia. Cuando mi padre y mi madre enfermaron y ya no podían trabajar, dejé la escuela y obtuve empleo como mecánico de automóviles para ayudar a mantener la familia. Solo tenía 14 años de edad. Diez años después, en 1940, era encargado de un garaje y supervisaba a 17 mecánicos.

Entre los principales entretenimientos de aquellos días estaban los bailes del sábado por la noche. Yo tocaba la trompeta en una orquesta que amenizaba bailes. A menudo salía del lugar de empleo el sábado al mediodía, viajaba a un pueblo distante y tocaba hasta tarde, de modo que regresaba a casa al amanecer. Los bailes del sábado por la noche y el pasear con muchachas era una parte importante de mi vida.

INFLUENCIA EXCELENTE EN MI VIDA

Fue más o menos a los 23 años de edad cuando conocí a Ilma en un baile. Comenzamos a vernos con regularidad, al principio en los bailes. Pero luego Ilma visitaba nuestro hogar y mi madre y ella se hicieron buenas amigas. Pronto le hice ver a Ilma que tenía intenciones de casarme con ella. ¡Qué cambio efectuaría en mi vida nuestra relación!

Sería bueno mencionar aquí que algunos años antes mi madre se había hecho testigo de Jehová. ¡Cuánto me disgustó que hiciera eso! Me sentía avergonzado al verla parada en las calles ofreciendo literatura bíblica a los transeúntes. Discutí con ella para que dejara esta religión, pero no tuve éxito. También le dije que no quería verla hablando con Ilma acerca de su ‘religión loca.’

Bueno, de todos modos, cierta noche después de un baile, Ilma y yo empezamos a hablar acerca de la guerra... la segunda guerra mundial acababa de empezar en septiembre de 1939. En nuestra conversación tocamos el tema de las condiciones mundiales,

e Ilma dijo: “¿No te gustaría ver que se estableciera un gobierno justo y recto que trajera condiciones pacíficas a toda la humanidad?”

“¡Claro que sí!” le contesté, “pero, ¿precisamente quién puede lograr eso? El hombre se ha esforzado por años y, ¿en qué condiciones nos encontramos ahora? ¡Estamos comenzando una guerra mundial!”

“Pues, el Dios Todopoderoso puede establecer ese gobierno, y lo hará,” contestó Ilma.

“¿A qué se debe entonces que el Todopoderoso no haya hecho nada hasta ahora? Se ve que hay guerra y sufrimiento por todas partes. ¿Crees que tienes la respuesta a esa pregunta, querida?”

Pues bien, Ilma sí respondió a mi pregunta, pero no como yo esperaba. Sacó el pequeño folleto Gobierno y Paz y comenzó a leer de él: “No puede haber paz duradera sin un gobierno justo. No puede haber un gobierno justo sin paz.”
Concordé con lo que ella leyó. “Pero, ¿cómo sería posible lograr tal cosa?” quise saber. “Déjame ver ese folleto.”

Ella me entregó el folleto. Al abrirlo en la primera página, vi que decía “WATCH TOWER BIBLE AND TRACT SOCIETY . . . Primera edición 10.000.000 de ejemplares.” ¡Realmente puse el grito en el cielo! “¿Cómo conseguiste esto?” le pregunté.

“Pues, me lo dio tu madre,” dijo ella, “y lo leí y creo en lo que dice.”
Me enfureció más que nunca enterarme de que mamá había estado hablando con Ilma de religión. Por casualidad, unas semanas antes Ilma le había hecho una pregunta a mamá sobre algo que la tenía confundida. Ilma comenzó con estas palabras: “Mi iglesia enseña que los inicuos van al infierno y que los buenos van al cielo. Pues bien, no creo que yo sea lo suficientemente buena como para ir al cielo, pero tampoco creo que sea tan mala como para ir al infierno. Entonces, ¿dónde encajo yo en esto?”

Felizmente, mamá aprovechó la oportunidad para hablar con Ilma acerca del propósito original de Dios de hacer de la Tierra un paraíso, e indicarle que aquel propósito se cumpliría pronto bajo la gobernación del reino de Dios. Le mostró textos como Salmo 37:11 y 29, que dicen: “Empero los mansos heredarán la tierra, y se deleitarán en la abundancia de la paz. Los justos heredarán la tierra, y habitarán para siempre en ella.” (Versión Moderna)

También le explicó que Jesús hasta había prometido al malhechor que murió a su lado que aquel hombre volvería a vivir en un paraíso terrestre.—Luc. 23:43.
Por eso, cuando Ilma venía de visita a nuestro hogar durante los fines de semana, mi madre me pedía dulcemente que fuera al mercado a buscar algunas cosas para la cena. Mientras yo estaba afuera, ella se ocupaba en considerar las enseñanzas bíblicas con Ilma. No sé por cuánto tiempo había estado sucediendo esto, pero aquella noche me enfurecí cuando me enteré de ello.

Le dije a Ilma que no se suponía que mi madre le hablara de su religión, porque yo no estaba de acuerdo con ello. Pero entonces Ilma me preguntó:

“¿Crees en la libertad?” 
“¡Claro que sí!”
Me respondió: “Entonces, ¿no estás siendo hipócrita?”

Me habían dicho cosas peores anteriormente, pero esto era diferente, al considerar que las palabras venían de Ilma. Ella continuó: “Tú dijiste que sería maravilloso el que hubiera un gobierno pacífico, pero cuando te enteraste de que eran los testigos de Jehová quienes estaban diciendo cómo Dios iba a traer tal cosa perdiste el interés.”

Aquello me puso a pensar, y me fui refunfuñando y de mal humor. Pasó una semana, y le telefoneé a Ilma para ver si podía visitarla de nuevo. Ella me dijo: “Puedes venir, si eres razonable y consideramos las cosas de que estábamos hablando la otra noche.”

Por lo tanto la visité y le pregunté qué la había hecho creer en la “religión de Rutherford,” como yo solía llamar a los Testigos. (En aquel tiempo J. F. Rutherford era presidente de la Sociedad Watch Tower.) Ella respondió: “Esta es la primera vez que he oído cosas tan maravillosas. Tienen sentido. Cuando tu madre contestó mis preguntas, por poco bailo de gozo. Supe que era la verdad desde el primer momento en que la oí.”

Tengo que admitir que yo no estaba de humor para bailar. Pero sí escuché algunos textos bíblicos, y accedí a investigar un poco más el asunto. Nos casamos el 8 de diciembre de 1939.

CAMBIO DRAMÁTICO EN MI VIDA

Dije a Ilma: “Está bien, haremos arreglos para que alguien estudie la Biblia con nosotros. Pero no quiero que sea mi madre, ni su amiga de 70 años.” Yo en realidad pensaba que ésta era una religión de ancianas. De modo que nos visitó una pareja de ministros de tiempo completo de los testigos de Jehová.

Al principio yo discutí mucho con ellos.
 
No podía entender, por ejemplo, cómo el primer hombre Adán pudo haber pecado si era perfecto.


Me parecía que Dios no podía haber hecho buen trabajo al crear a Adán si éste se hizo malo. Pero con el tiempo llegué a comprender que Dios creó al hombre con libre albedrío... no un autómata. Por lo tanto, el hombre podía escoger entre hacer lo correcto o lo incorrecto.

Durante febrero y marzo, y a medida que progresábamos en nuestros estudios, mi interés aumentó. Un día dije a Ilma: “Vamos a la asamblea de Brisbane.” Esta se celebró en abril, solo cuatro meses después de nuestra boda. Así que fuimos. ¡Qué buena impresión causó en nosotros! Yo no podía creer que hubiera tantas personas jóvenes, de nuestra edad, a quienes conocer; ésta ciertamente no era solo una religión de personas de edad avanzada.

Al regresar a nuestro hogar, tomé el estudio más en serio aún y me hice celoso en la obra de predicar a otras personas. En un pueblo vecino, Norman Bellotti, un joven que había pertenecido a una pandilla rival, también se hizo Testigo.

Puesto que ahora éramos compañeros, en vez de combatientes rivales, comenzamos a testificar juntos. En nuestros respectivos pueblos todo el mundo nos conocía, y no podían creer lo que veían. El fumar, los altercados entre borrachos, el hurto, el conducir desenfrenadamente automóviles, el juego por dinero, el jugar con la inmoralidad sexual... todas estas cosas pertenecían ahora al pasado. ¿Por qué?

Se me habían abierto los ojos del discernimiento.
   
Realmente creía con todo el corazón que Jehová Dios establecería un gobierno justo, su reino por el cual oramos. (Mat. 6:9, 10; Dan. 2:44)


El conocimiento que adquirí y mi aprecio por éste fueron responsables de los cambios dramáticos en mi vida. Es muy posible que esto me haya salvado de la clase de dificultad en que se vio envuelto Kimihiro Nakata.



Articulo publicado en la revista "La Atalaya" del 01 de Septiembre de 1981, publicada por los Testigos de Jehová; pueden descargarse mas articulos del sitio oficial

Los limites de la fisica actual: longitud de Planck



El ser humano en su intento de entender como funciona la naturaleza ha utilizado un sistema de escalas o constantes dimensionales, largo, ancho, alto y una temporal. Estas solo son una manera de ver a la naturaleza desde un punto "estatico" donde cada momento esta determinado por un espacio fijo. A este sistema se le conoce como "fisica clasica o euclidiana".

Por otro lado la "fisica moderna" define que las particulas pueden poseer diferentes "estados cuanticos" ¿Que significa esto? en primer lugar que lo que conociamos como "dimensiones espaciales-temporales" NO son constantes, dependen del efecto que la gravedad ejerce sobre ellos, lo unico constante seria la velocidad de la luz. En segundo lugar los "estados cuanticos" son las propiedades que tienen las particulas.

Un ejemplo: la particula llamada foton posee dos estados diferentes: uno como particula y otro como onda, se manifiesta o presenta en todas las manifestaciones electromagneticas como los rayos gamma, rayos X, la luz ultravioleta, la luz visible, la luz infrarroja, las microondas y las ondas de radio. Su masa es Cero y su radio de giro o Spin es un numero entero (se cree que es +1 y -1, aunque algunos investigadores le dan el valor +1, esto se explicara mas adelante)

Estos valores o "estados cuanticos" son el resultado de formulas matematicas, por lo que existe un limite para las leyes fisicas como la distancia mas pequeña para que interactuen las particulas de forma natural, una de esas propiedades se denomina "longitud de Planck" que es el donde la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza nuclear fuerte, la fuerza nuclear debil son estables y no se anulan.

La longitud de Planck forma parte del sistema de unidades naturales, y se calcula a partir de tres constantes: la velocidad de la luz, la constante de Planck y la constante gravitacional.

La velocidad de la luz se utiliza como limite de aceleracion de la materia es decir ningun objeto material viaja a mayor velocidad que la luz porque necesitaria energia infinita para ser acelerado; dicho limite es aproximadamente 300,000 km/seg.

La constante gravitacional es la aceleracion a la que dos cuerpos se atraen, por definicion no puede ser calculada con exactitud porque TODOS los cuerpos fisicos se atraen; por cuestiones de escala solo se aproximan los 3 primeros decimales despues son muy variables.

La constante de Planck es la relacion que existe entre la energia de un foton y su frecuencia, un foton es una particula sin carga electrica ni masa, pero que sirve de puente entre la energia y la materia; pues se comporta como particula y como onda.

Por definicion la longitud de Planck, o la distancia mas corta en que interactua la materia de forma estable de acuerdo a los modelos fisicos actuales, por lo tanto es: la distancia que recorre un fotón viajando a la velocidad de la luz, en el tiempo de Planck.

Finalmente el tiempo de Planck es la unidad mínima que podría medirse; es decir, que no sería posible medir ni discernir ninguna diferencia entre el Universo en un instante específico de tiempo y en cualquier instante separado por menos de 1 tiempo de Planck.

Sin embargo las imágenes de campo profundo (el universo visible o la zona mas antigua y por tanto lejana del universo) tomadas por el telescopio Hubble han arrojado dudas sobre esta teoría.

La predicción era que las imágenes de objetos situados a muy largas distancias deberían ser borrosas.
Pues la estructura del espacio-tiempo tendria que distorsionar la trayectoria de los fotones (de la misma forma que en un vaso lleno de agua y un lapiz: fuera del vaso se ve diferente a la parte que queda sumergida, debido a la refracción)

No obstante, las imagenes del telescopio Hubble son mas nitidas de lo esperado. Conclusion: el tiempo de Planck no es el intervalo más corto del Universo. 


La complejidad del universo muestra un diseño inteligente, tal como se escribio en uno de los libros mas antiguos que dice ser la palabra de Dios: "Los cielos están declarando la gloria de Dios" (Salmo 19:1), ¿Hay alguna forma de comprobar si es verdad lo que esta escrito en dicho libro? 


Este articulo es una opinion personal, basada en la investigación de diversas fuentes de divulgacion cientifica; puede obtenerse mas informacion del folleto "¿Es la vida obra de un creador?" editado por los Testigos de Jehová

Sería absurdo que nosotros, que somos finitos, tratásemos de determinar las cosas infinitas.
(René Descartes)

Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los caminos de ustedes, y mis pensamientos que los pensamientos de ustedes.
(Isaías 55:8, 9)

Los jóvenes preguntan ¿Qué hay de malo en decir palabrotas?

“Quería ser como mis compañeros de escuela. Creo que por eso soltaba groserías.”—Melanie.

“No pensé que las palabrotas fueran tan malas. Las oía en la escuela, en casa... en todas partes.”—David.

¿POR qué suele verse normal que los adultos usen lenguaje vulgar, pero resulta escandaloso en boca de los jóvenes? ¿Acaso es la edad lo que determina si está bien o mal?
En vista de que mucha gente emplea lenguaje obsceno
—y que al parecer existe una norma diferente para jóvenes y mayores—, es razonable que te preguntes: “¿Qué hay de malo en decir palabrotas?”.
La presión del lenguaje vulgar

No cabe duda de que estamos hablando de algo muy común. De hecho, algunos jóvenes aseguran que si les dieran una moneda por cada palabrota que oyen en la escuela, se harían ricos. Eva, de 15 años, menciona: “Las conversaciones de mis compañeros están plagadas de malas palabras. Me bombardean tanto que me es muy difícil no hablar igual”.
¿Te rodea la gente vulgar, igual que a Eva? ¿Tienes la costumbre de decir groserías? En tal caso, detente un momento y piensa en las razones que te llevan a hablar así. Cuando lo tengas claro, te resultará más fácil deshacerte de este mal hábito.

Con esto presente, responde a las siguientes preguntas.

¿Por qué digo palabrotas la mayoría de las veces?
Para expresar ira o frustración
□ Para llamar la atención
□ Para ser como mis compañeros
□ Para hacerme respetar
□ Para desafiar la autoridad
□ Otras razones .....

¿Cuándo me veo más tentado a hacerlo?

□ En la escuela
En el trabajo
□ Cuando escribo correos electrónicos, mensajes instantáneos o mensajes de texto
□ Cuando estoy solo

¿Qué excusas doy?
□ Mis compañeros lo hacen
□ Mis padres lo hacen
□ Los maestros lo hacen
Se oyen todo el tiempo en la radio, el cine y la televisión
□ Tampoco es tan grave; no son más que palabras
□ Solo lo hago con la gente a la que no le molesta
□ Otras .....

¿Por qué quitarte esta costumbre? ¿Será tan malo decir palabrotas? Reflexiona sobre lo siguiente.

No son solo palabras. Jesús dijo: “Las palabras que salen de tu boca muestran lo que hay en tu corazón” (Lucas 6:45, Traducción en lenguaje actual). Ten en cuenta que lo que dices no solo refleja la clase de persona que te gustaría ser, sino la clase de persona que ya eres. Y si eres mal hablado sencillamente porque lo son los demás, estás dando a entender que no tienes una personalidad formada y que te dejas ‘arrastrar por la muchedumbre’ (Éxodo 23:2).

Pero eso no es todo. El lingüista James V. O’Connor menciona: “Quienes dicen groserías normalmente son desagradables, críticos, cínicos, iracundos, conflictivos y quejumbrosos”. Por ejemplo, los que maldicen siempre que algo les sale mal demuestran que creen que todo debería irles bien; es como si no pudieran aceptar los fracasos. Por otro lado, los que no emplean obscenidades “suelen ser personas calmadas [...] y maduras que [...] saben hacer frente a los inconvenientes diarios”, señala O’Connor. Entonces, ¿qué tipo de persona prefieres ser tú?

Las palabrotas arruinan tu reputación. Como a la mayoría de los jóvenes, a ti también te preocupa la apariencia porque quieres dar una buena impresión. Pero ¿sabías que tu forma de hablar puede impresionar mucho más que tu forma de vestir? La realidad es que el modo de hablar puede influir en...

▪ ... quién te elegirá como amigo.
▪ ... si te contratarán para un trabajo en particular.
▪ ... lo mucho o lo poco que te respetarán los demás.

Así es: a menudo la primera impresión que causamos con nuestra apariencia puede desvanecerse en cuanto abrimos la boca. O’Connor dice: “No hay manera de saber cuántas oportunidades de hacer nuevos amigos has echado a perder o cuántas veces alejaste a alguien o perdiste cierta medida de respeto por emplear irreflexivamente lenguaje obsceno”. ¿Qué lección encierra este comentario? Cuando usas palabras vulgares, solo consigues arruinar tu reputación.

Las palabrotas demuestran falta de respeto por el Creador del don del habla. Supón que le regalas a un amigo una camisa. ¿Cómo te sentirías si utilizara tu regalo como un trapo o una alfombrilla para limpiarse los zapatos? Piensa, entonces, en cómo se siente nuestro Creador cuando no empleamos bien el don del habla. No es de extrañar que la Palabra de Dios exhorte: “Que se quiten toda amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa, junto con toda maldad” (Efesios 4:31).

Como ves, hay razones de peso para dejar de decir palabrotas. Ahora bien, si ya se ha convertido en una costumbre muy arraigada, ¿cómo puedes vencerla?

Primero: Debes ver la importancia de cambiar. Seguramente no dejarás de decir groserías si no entiendes por qué te conviene hacerlo. ¿Cuáles de las siguientes razones te moverán a cambiar?
Agradar al Creador del don del habla
□ Lograr que otras personas te respeten más
□ Ampliar tu vocabulario
Ser mejor persona

Segundo: Averigua por qué razón dices palabrotas. Melanie admite: “Decir malas palabras me hacía en cierto sentido más dura. No quería que la gente me manejara. Quería dominar yo, insultar a los demás como hacían mis amigos”.
¿Y tú? Si comprendes por qué lo haces, sabrás cómo solucionar el problema. Por ejemplo, si resulta que te dejas llevar por los demás, tienes que aprender a confiar más en tus puntos fuertes. Sentirte bien contigo mismo es muy importante en tu desarrollo como persona, y también te ayudará a librarte de este hábito.

Tercero: Busca otras maneras de expresarte. No es cuestión simplemente de morderse la lengua; superar este mal hábito implica ponerse “la nueva personalidad” (Efesios 4:22-24). Así aumentarán tu autodominio y tu autoestima, y te ganarás el respeto de los demás.

Los siguientes pasajes bíblicos te serán muy útiles para ponerte la nueva personalidad y no quitártela.

Colosenses 3:2: “Mantengan la mente fija en las cosas de arriba”.
Aplicación: Educa tu mente para valorar las cosas decentes. Tus pensamientos moldean tu forma de hablar.
Proverbios 13:20: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal”.
Aplicación: La forma de hablar de tus amigos influye en ti.
Salmo 19:14: “Que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón lleguen a ser placenteros delante de ti, oh Jehová”.
Aplicación: Jehová toma nota de cómo usamos el don del habla.

[Notas]

  • Se han cambiado los nombres.

  • Los cristianos tienen razones sólidas para evitar las malas palabras, pues la Biblia dice: “No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido”. Y también exhorta: “Que su habla siempre sea con gracia, sazonada con sal” (Efesios 4:29; Colosenses 4:6).

    Articulo publicado en la revista ¡Despertad! de Marzo del 2008, asi como en la pagina oficial de los Testigos de Jehová, sección “Los jóvenes preguntan”

Cántico 70: Asegúrate de lo más importante

para que se aseguren de las cosas más importantes, para que estén exentos de defectos y no hagan tropezar a otros hasta el día de Cristo.
(Filipenses 1: 10)



Hoy es vital saber distinguir
la verdad de la falsedad,
saber también a qué cosas quiere Jehová
que des prioridad:

que odies el mal y ames el bien,
que seas fiel
y no descuides jamás la oración,
que oigas su voz
y a diario leas su justa ley.

¿Qué puede ser de más importancia
que hablar del Reino de Dios
y hallar a las ovejas perdidas
llevándoles salvación?


Deben oír y conocer
qué han de hacer
para obtener libertad de Satán
y disfrutar
de la amistad del Señor Jehová.

Si prestas atención a lo que es primordial,
tu fe crecerá,
la paz de Dios, que el mundo no alcanza a entender,
te protegerá.

Líbrate ya de la inquietud,
sigue a Jesús,
miles de amigos y hermanos tendrás.
Y en su bondad,
tu Dios, Jehová, velará por ti.


En el siguiente enlace se puede descargar el archivo en mp3, que es parte de Cantemos a Jehová (coro y orquesta) disco 4, El libro de canticos aqui