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jueves, 1 de agosto de 2013

Cómo me he beneficiado del cuidado de Dios (Relatado por Celeste Jones)

El 18 de mayo de 1963 amaneci mucho más contenta que de costumbre. Era un dia cálido día soleado. ¿Porque es especial esa fecha para mi? voy a relatar un poco de mi vida.

Naci el 20 de mayo de 1932. Era la menor de 4 hijas. Mi madre murio cuando yo tenia solo 2 años, mi padre se caso de nuevo tres años mas tarde. Con el tiempo llegaron seis niños y niñas a nuestra familia. Éramos bautistas, en un momento pensé en ser maestra de la escuela dominical.

Mi niñez fue muy penosa porque nací con artritis reumatoide, A los 9 años de edad el médico me dijo que iría empeorando. A los 14 años no podía caminar. Acabé perdiendo la movilidad en las manos, los pies y las piernas, las articulaciones de las caderas se me volvieron rigidas. Tenía los dedos de las manos tan deformes que pasaba grandes dificultades para escribir o recoger cualquier objeto. 

A los 20 años de edad, me sentia muy desdichada, gran parte del día estaba llorando. Sabía que existia un Dios y le suplicaba su ayuda.

Esperanza para el futuro

Mientras recibia tratamiento para el tobillo en el Hospital General, hice amistad con mi compañera de habitación: Miriam Kellum. Cuando su hermana Catherine Miles la visitaba, me hablaba de la Biblia. Cuando me dieron de alta mantenia ls comunicación con Catherine, que era testigo de Jehová.

Lamentablemente, mi madrastra no me tenía mucho cariño. A los 25 años de edad me fui a vivir con una de mis hermanas mayores y casualmente Catherine vivia nuy cerca. La llame y estudiaba la Biblia conmigo. ¡Que alegría sentí al saber que caminaria de nuevo, y que la maldad sería eliminada para siempre! (Proverbios 2: 21 y 22, Isaías 35: 5 y 6) La esperanza de la resurrección y volver a ver a mi madre, me atraían mucho (Hechos 24: 15)

Enseguida asisti a las reuniones de los testigos de Jehová. El esposo de Catherine me cargaba hasta el automóvil y me llevaba al Salón del Reino. Las reuniones me daban ánimos.

Venzo los obstáculos

Mi hermana se separó de su esposo, y me vi obligada a volver con mi padre y mi madrastra. ella estaba muy opuesta a los testigos de Jehová, por lo que estudie la Biblia a escondidas desde 1958 a 1963. No permitía la entrada a casa a ningún testigo de Jehová. Estudié por telefono, o cuando estaba hospitalizada.
Otro obstáculo era que mi madrastra a veces se negaba a alimentarme y bañarme. Tampoco permitía que leyera la correspondencia que no contaba con su aprobación. Sin embargo, era evidente que Jehová cuidaba de mí, pues mi hermano accedió a que enviaran las cartas a su domicilio. Así Pat Smith, una cristiana, pudo mantenerse en contacto y darme estímulo de las Escrituras.

En 1963 fui internada en un hospital, y Pat Smith siguió estudiando conmigo. Un día me preguntó: "¿Te gustaría bautizarte en la asamblea de circuito?"

"Sí", respondí.

Estaba en rehabilitación, y me permitieron ausentarme un día. Pat y otros testigos me llevaron a la asamblea. Me alzaron por encima de una pared y bajarme hasta el agua para que pudiera bautizarme. ¡Por fin era una sierva de Jehová" eso fue el 18 de mayo de 1963, un día que no olvidaré.

Mi paso por las clínicas

En noviembre iba a salir del hospital. No quería volver a casa porque mi servicio a Jehová quedaría limitado. Hice gestiones para ser internada en una clinica donde me atenderian. Allí comence a escribir cartas a personas que los testigos no encontraban normalmente al predicar de casa en casa. También mandaba cartas con textos bíblicos consoladores a los parientes de quienes habian fallecido recientemente.

En mayo de 1964 me mude a casa de mi hermana mayor y su esposo. Mi cuñado me compro mi primera silla de ruedas, y comencé a asistir a las reuniones. Allí hice mi primer asignación en la Escuela del Ministerio Teocrático, lo cual fue una gran alegría.

A principios de 1965 unos amigos me invitaron a pasar unas semanas con ellos, Recibí una carta de mi hermana diciendome que ya no me quería con ella. Gestioné mi ingreso nuevamente a una clínica de enfermos crónicos. Una vez internada, seguí asistiendo a las reuniones y dando testimonio por carta. Pude ampliar mi ministerio participando como precursora auxiliar.


(Experiencia publicada en la revista "¡Despertad"  del 22 de junio de 1995)