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miércoles, 7 de mayo de 2014

El estudio recompensa (Primera parte)

Estudio 7

¿Quisiera ver aumentar su fe, sentir que su amor a Dios se hace más fuerte, disfrutar de mayor discernimiento y de más fruto por sus esfuerzos ministeriales? El progreso que logre en todos estos respectos depende hasta un grado considerable de lo que haga en cuanto a estudio personal y de familia.

Ese estudio es parte esencial de nuestra vida como cristianos. No solo nos equipa para servir a Dios ahora, sino que es parte de la preparación para la vida en el nuevo mundo de Dios. ¿Estudia usted personalmente como debe hacerlo?—Mat. 4:4.


El hallar tiempo adecuado para estudiar es con frecuencia un problema, pero no uno que no se pueda resolver. Si usted se da cuenta de que es necesario mejorar su programa de estudio, analice su horario semanal de actividades. No es probable que encuentre mucho tiempo que no esté siendo usado ya. Pero la Biblia nos insta a ‘comprar el tiempo,’ sacándolo de otras cosas que hacemos. (Efe. 5:15-17)

Si tiene un aparato de televisión, ¿por qué no lleva un registro del tiempo que pasa mirando la televisión durante la semana? Es posible que se sorprenda de la cantidad de tiempo que se usa de ese modo. ¿Cuánto tiempo pasa usted “charlando” por teléfono, visitando a sus vecinos o leyendo el periódico? ¿Pudiera dirigirse parte de este tiempo cada semana a uno o más períodos de estudio que serían de provecho duradero? Ese estudio usted lo puede hacer durante el día, en la noche o en cualquier tiempo que le sea mejor.

Por lo general uno halla tiempo para las cosas que le son más importantes, y no cabe duda de que el estudio de la Palabra de Dios es una de “las cosas más importantes” para la persona que estima su relación con Jehová.—Fili. 1:9-11; Pro. 2:1-5.


Aunque al principio quizás le sea difícil acostumbrarse a observar su tiempo de estudio y concentrarse en estudiar, con el tiempo se hará más fácil y disfrutará más de él. Pero es necesario que usted aprecie su importancia, aparte tiempo para hacerlo con regularidad y haga un esfuerzo sincero.


El estudio debe hacerse con el fin de poder recordar y explicar con claridad el material. La lectura hecha sin plan, aunque tiene un lugar apropiado en nuestra vida, no es estudio. El estudio exige investigación, pensamiento y aplicación. No tenga planes de abarcar más material del que pueda abarcar eficazmente. Más bien, permítase tiempo para investigación y meditación. No obstante, haga planes para abarcar suficiente material como para ver que realmente está logrando algo.


El estudiante cristiano no confía en que él mismo puede hallar la manera de penetrar en las cosas profundas de la Palabra de verdad de Dios. Se da cuenta de que necesita la ayuda del espíritu santo de Dios, la organización de Dios compuesta de siervos devotos, y la Palabra misma. Por eso es apropiado buscar la bendición sobre los períodos de estudio por medio de la oración.—Sant. 1:5; Luc. 11:9-13.

Estudio bíblico. En la Escuela del Ministerio Teocrático por lo general hay arreglos que indican que cada semana se lea cierta porción de la Biblia. A menudo esto se puede hacer como grupo familiar, leyendo un capítulo o dos de la Biblia en la noche. Para obtener provecho de esta lectura, es una ayuda el que después de cada párrafo la persona que lee o alguien del grupo comente sobre el pensamiento clave del párrafo. Si es usted mismo quien lee el material, pause un momento y piense en el pensamiento que se expresa, cómo encaja en el resto del capítulo y cómo lo afecta a usted personalmente.

Investigación para buscar respuestas. A veces puede suceder que en una revisita o en un estudio bíblico surja una pregunta de cuya respuesta usted no esté seguro. La investigación acerca de esas preguntas se puede hacer durante su período de estudio en el hogar. De este modo usted se asegurará de estar “manejando la palabra de la verdad correctamente.” (2 Tim. 2:15)

Por lo general, con un poco de esfuerzo se puede encontrar una respuesta satisfactoria. Ante todo, si es la explicación de un texto bíblico lo que se necesita, asegúrese de leer el contexto. ¿De qué trata la información circundante, y, por lo tanto, qué significado tiene el texto que se considera? ¿Tiene que ver la pregunta con doctrina o profecía, o se relaciona con la aplicación de principios bíblicos a la vida del estudiante?



Cuando esté seguro de que tiene la respuesta, pregúntese qué pruebas tiene de ello. ¿Es su respuesta solo una declaración de hechos que pudiera parecer dogmática al que le oyera, o ve usted la razón que hay para las conclusiones que se presentan en las publicaciones? ¿Puede demostrar que es respuesta cierta? La persona a quien usted visita pudiera desear que le explicara las razones que tiene para sus conclusiones o que diera apoyo bíblico. ¿Podría usted ilustrar el punto? ¿Tiene presentes preguntas que guíen el pensamiento que pueda usar para ayudar al estudiante a llegar a la conclusión correcta? El que usted estudie el asunto le ayudará a equiparse para presentar la respuesta con eficacia.

Porción del libro: "Guía para la Escuela del Ministerio Teocrático". Para realizar su estudio de la Biblia, visite y utilice las ayudas que aparecen en la pagina oficial de los testigos de Jehová.