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miércoles, 16 de abril de 2014

Anuario de los testigos de Jehová para 1989 (Segunda parte)

Noticias gozosas para los que se hallan abatidos

Una hermana de Argentina relata cómo llegó a conocer la verdad y extendió la invitación a otros. “Me deprimía enormemente ver que la gente envejece sin poder hacer nada para evitarlo. Mi médico me recomendó que viajara para ocupar mi mente en otras cosas, pero eso no solucionó mi problema. Me casé, pero aquella angustia interna continuaba.

Algunos años más tarde, una mujer vino a mi casa para preguntar por el paradero de una vecina que había estudiado la Biblia, pero que se había mudado. Invité a la Testigo a entrar en casa, y durante dos horas estuvo explicándome cosas interesantes acerca de la Biblia. Lo que más me impresionó fue el hecho de que Dios promete un nuevo sistema donde la muerte no existirá más, ni la vejez ni la enfermedad ni el sufrimiento. Aquel mismo día empecé a estudiar la Biblia.

Lamentablemente, mi familia se opuso, bien ridiculizando el estudio, bien mostrando la más absoluta indiferencia. Pese a todo, comencé a asistir a las reuniones con mi hija pequeña. Tan pronto como pude, viajé unos mil novecientos kilómetros para explicar al resto de mi familia las maravillosas verdades que estaba aprendiendo. ¡Qué feliz me sentí cuando algunos de ellos respondieron favorablemente y también empezaron a estudiar la Biblia!

”Poco a poco, como diferentes miembros de la familia empezaban a escuchar y se interesaban en la verdad, la oposición fue menguando. Mis padres, mi esposo, cinco hermanos y varios sobrinos se pusieron de parte de la verdad. Hoy, más de ochenta Testigos adultos y más de cuarenta niños predican las maravillosas buenas nuevas del Reino de Dios; algunos de ellos sirven de ancianos y otros, de siervos ministeriales. Agradezco a Jehová que enviara a alguien para ayudarme a superar mi depresión y que me diera a mí y a mi familia la esperanza de vivir para siempre en su nuevo mundo.”

Gennaro, un hermano de Italia, narra cómo la compasión le impulsó a invitar a un extraño a ‘venir’. “Mientras presentaba un discurso público en un Salón del Reino, me fijé en un hombre que estaba sentado en el auditorio y que prestaba muchísima atención. Al terminar la reunión, le saludé, y me confesó que su vida familiar era sumamente desgraciada. Su esposa estaba fuertemente opuesta a la verdad, e incluso había llegado a tomar un palo y echar de la casa al hermano que estudiaba con él.

”Por alguna razón perdí el contacto con el hombre. Más tarde, el hermano que había estudiado con él me dijo que estaba en un hospital de una localidad cercana sometiéndose a tratamiento debido a una enfermedad pulmonar. Fui al hospital, y como no sabía su apellido, comencé a buscarle por todas las habitaciones. Finalmente di con él. Estaba demacrado, desalentado y deprimido. Nada más verme, sin embargo, su cara se iluminó de alegría. Me dijo que sus familiares no le habían visitado desde hacía meses y que su esposa tampoco podía venir a verle muy a menudo. Comencé un estudio bíblico con él aquel mismo día. Siete meses más tarde fue dado de alta y volvió a casa. Su esposa comenzó a estudiar y algunos meses después, los dos se bautizaron.

”Posteriormente este hermano me dijo: ‘¿Te acuerdas de aquel día que me visitaste en el hospital? Pues bien, llegaste en el momento justo. Solo unos minutos más tarde me hubiera tirado por el balcón para acabar con todo. Pero lo que dijiste me animó, en especial cuando me aseguraste que podía llegar a formar parte de la familia más grande del mundo, la organización de Jehová’.”

En un país de África donde nuestra obra está proscrita, un hombre con problemas de salud también aceptó la invitación de ‘venir’, y ahora invita a otros. Hace ya muchos años, antes de que conociera la verdad, contrajo una tuberculosis que le dejó paralizado. Sintiéndose abatido por tener que estar confinado en un hospital, empezó a considerar la idea del suicidio. Entonces conoció a unos Testigos que también estaban ingresados en ese hospital. Se comenzó un estudio bíblico, que infundió esperanza en el corazón de este hombre.

Cuando fue trasladado a otro hospital, un precursor especial continuó estudiando con él, y los hermanos de la localidad le ayudaban a asistir a las reuniones. Con el tiempo, se bautizó. Cuando su condición física empezó a mejorar, sirvió de precursor auxiliar. Y gracias a que Jehová le concedió la fortaleza necesaria, más tarde sirvió de precursor regular, y desde hace diez años ha estado sirviendo de precursor especial.

¿Cómo logra efectuar su obra de testificar? Se desplaza valiéndose de muletas o en su silla de ruedas. Para llegar a su territorio, que se extiende hasta treinta kilómetros fuera de su población, ha de recorrer angostos senderos en la selva. Durante los pasados dos años de proscripción, nunca ha dejado de llegar a su meta de 140 horas en el servicio del campo, ¡y casi siempre informa una actividad mensual de 160 ó 180 horas! Cuando se detiene a los hermanos, él es el que se presenta denodadamente delante de los funcionarios para hablar a su favor y darles testimonio. ¡Qué fuente de estímulo para todos los que sufren en sentido físico!

¿Participa usted a plenitud en la proclamación del mensaje del Reino? Que Jehová lo bendiga abundantemente mientras extiende a otros la magnífica invitación: ‘¡Vengan! Tomen gratis el agua de la vida’.

Jehová satisface nuestras necesidades

Nuestro Padre celestial sabe exactamente qué es lo que necesitamos y cuándo lo necesitamos. Las asambleas de distrito “Justicia Divina”, que comenzaron en junio de 1988 y continuarán durante parte de 1989, ilustran cómo Jehová satisface amorosamente las necesidades de su pueblo.

Con relación al programa de la asamblea, La Atalaya del 15 de febrero de 1988 dijo: “Puede estar seguro de que Jehová nos tiene [preparado] ‘un banquete’ de cosas buenas que nos fortalecerán y estimularán para el trabajo futuro”. Y efectivamente, el programa superó ampliamente todas las expectativas. En las asambleas celebradas en Estados Unidos, Canadá, Asia y Europa, la transmisión por línea telefónica de algunos discursos seleccionados tuvo un significativo efecto unificador.

Un informe mencionó: “Fue impresionante escuchar un potente ‘¡sí!’ cuando se adoptó la enérgica resolución que desenmascaraba a Babilonia la Grande. La conexión telefónica con la ciudad clave fue ciertamente sobresaliente”.
En muchas asambleas los misioneros expresaron su agradecimiento por la provisión que les permitía estar presentes. Un precursor de Vancouver (Canadá), tras oír las experiencias de los misioneros, dijo: “No tengo palabras para expresar cuánto ha fortalecido mi fe el oír a todos los misioneros”.

La asistencia combinada a las asambleas de Canadá y de Estados Unidos superó la cifra de 1.440.000. En Europa, más de 1.100.000 personas se beneficiaron del programa. Viena (Austria) fue la ciudad clave de las asambleas que se celebraron en ese país, así como de algunas ciudades de Alemania occidental, Luxemburgo y Suiza. Más de 80.000 personas escucharon los discursos que se transmitieron por línea telefónica. A la sesión en húngaro asistieron más de 2.000 personas. Un hermano expresó el sentir de los 3.600 que disfrutaron del programa yugoslavo al exclamar: “¡Esta fue la asamblea de las asambleas!”.

En las asambleas celebradas en España e Italia, la cantidad de bautizados fue sobresaliente. Por ejemplo: en Valencia fue un 3,5% de la asistencia máxima; en Sevilla, un 4%, y en Oviedo, un 4,2%. En Italia ocurrió algo similar.

En Grecia se iba a utilizar un nuevo estadio que hay en la ciudad de El Pireo, pero debido a la oposición del clero ortodoxo, se canceló el contrato. En solo dos días, los hermanos organizaron la misma asamblea en Malacasa. Allí tienen un excelente Salón de Asambleas y una gran extensión al aire libre, que acomodó por encima de 18.000 asistentes. Si el clero había pensado que impidiendo el uso del estadio de El Pireo, detendrían la asamblea, ¡qué equivocados estaban! Su oposición únicamente resultó en mayor publicidad y fortaleció la determinación de los hermanos. (Fili. 2:12.)

En agosto, las asambleas que se celebraron en Venezuela y Brasil congregaron a casi medio millón de personas. Un ejemplo típico de la excelente publicidad que se recibió fue el informe presentado por una emisora de radio brasileña, en el que se decía que “los testigos de Jehová dan una muestra viva de fe. Están poniendo un ejemplo de fe y civismo muy diferente del que ponen los hinchas futbolísticos, quienes solo dejan una muestra de basura”.

En el Lejano Oriente, 88.120 personas asistieron a las asambleas celebradas en Corea, y 2.130 se bautizaron. Las asambleas terminaron justo antes de que en ese país comenzaran los Juegos Olímpicos. El administrador del gimnasio Chamshil, de Seúl, comentó: “Estamos muy ocupados con el acondicionamiento de esta instalación para las Olimpiadas de Seúl-88, y solo quedan cincuenta días para que comiencen.

Sin embargo, debido a la reputación que se han ganado en el pasado, les permitimos usarla”. Japón informó una asistencia total de 240.355 personas a sus 33 asambleas, y 3.828 se bautizaron. Tras la presentación del libro Apocalipsis, podía verse una cola compuesta por millares de precursores a la espera de obtener sus ejemplares gratuitos del libro.

En el Caribe, Kingston (Jamaica) fue la ciudad clave para las asambleas que se celebraron en Antigua, Barbados, Guyana y Trinidad. La asistencia máxima se alcanzó en la sesión del domingo por la tarde, cuando 36.867 se presentaron para escuchar el discurso público.

Con una asistencia que para septiembre ya había superado la cifra de los 4.000.000, todavía se esperan informes adicionales de las asambleas de distrito “Justicia Divina” procedentes de los países del hemisferio sur.

En el año 1988 de servicio dio comienzo un nuevo rasgo para que los circuitos disfruten de asociación espiritual e instrucción. Este lo constituyen reuniones de un solo día que reciben el nombre de días especiales de asamblea. Un superintendente de circuito de Estados Unidos comentó lo siguiente acerca del programa: “El énfasis que se puso en el estudio personal de la Biblia y las publicaciones y en que nos esforcemos a mayor grado por aplicar personalmente lo que hemos aprendido fue muy beneficioso”.

Las dedicaciones de nuevas sucursales ocasionan gozo

“Las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día”, escribió Lucas con referencia al rápido crecimiento del cristianismo en el primer siglo. (Hech. 16:5.) De igual manera, el constante aumento en la cantidad de testigos de Jehová por todo el mundo en nuestro siglo veinte es prueba sólida de que se está respondiendo a la llamada de la novia del Cordero: “¡Ven!”. (Rev. 22:17.) ¡Qué causa de regocijo!

Para ampliar el tema lea: "Impresión a escala mundial para ayudar a la gente a conocer a Dios" de la pagina oficial de los testigos de Jehová.