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viernes, 30 de agosto de 2013

U2 MLK (Martin Luther King)

U2 es una de las bandas musicales que se han unido a diversas causas sociales, ya sea en apoyo a daminificados por desastres naturales, o ayudando a refugiados de las guerras; han utilizado su influencia para intentar cambiar los problemas que aquejan a la sociedad.

"MLK" es la canción final del álbum de 1984 de U2's "The Unforgettable Fire" Un tema en honor a Martin Luther King, junior; es una canción corta, que invita a reflexionar y con una lírica simple. Esta canción junto a "Pride (In the Name of Love)", hicieron que Bono recibiera la condecoración mas alta que otorga "the King Center", una organización fundada por Coretta Scott King.





MLK


Sleep, sleep tonight
And may your dreams be realised.

If the thunder cloud passes rain
So let it rain, rain down on he.

So let it be.
So let it be.

Sleep, sleep tonight
And may your dreams be realised.

If the thunder cloud passes rain
So let it rain, let it rain
Rain down on he.


Martin Luther King


Duerme, duerme esta noche
Y quizás tus sueños se realicen

Sí, la tormenta se convertira en lluvia
Así que deja que llueva, que descienda la lluvia sobre él

Deja que sea así
Deja que sea así

Duerme, duerme esta noche
Y quizás tus sueños se realicen

Sí, la tormenta se convertira en lluvia
Así que deja que llueva, deja que llueva
que descienda la lluvia sobre él



miércoles, 28 de agosto de 2013

Estoy deseando decirles: “¡Todos estamos aquí!” (Experiencia relatada por Abigail Austin)

Yo tenía nueve años. Era un hermoso día de abril de 1995, y mi familia y otros testigos de Jehová de nuestra congregación íbamos a pasar el día en la campiña inglesa. Nos repartimos en distintos automóviles. Mis padres, mi hermana mayor, Sarah, nuestra amiga Deborah y yo viajábamos juntos. De repente, un auto que venía a toda velocidad por nuestro carril se estrelló de frente contra nosotros. Fui la única que salió con vida del automovil en que yo viajaba.

DESPERTÉ en el hospital dos semanas después. Como tenía el cráneo muy fracturado, los médicos insertaron varias placas para mantenerlo unido. Aun así, me recuperé rápidamente. Mis parientes me dijeron por fin lo que había ocurrido, pero no podía creerles.

Estaba convencida de que mis padres y mi hermana me habían visitado mientras dormía y yo no los había visto. Solo cuando volví a casa abrí los ojos a la realidad. Me sentí destrozada.
¿Qué me ayudó a sobrellevar esta horrible tragedia?

Mi herencia espiritual

Yo era la menor de cinco hermanos. En el momento del accidente, Sarah tenía 22 años, Shane tenía 20, Jessica, 17, y Luke, 15. Teníamos unos padres maravillosos. Mi padre, Steve, era anciano en la congregación West Yorkshire de los Testigos de Jehová de Shipley, y todos lo querían porque siempre tenía tiempo para escuchar y ayudar a los demás. Mi madre, Carol, también era muy querida, pues cuidaba como una hija a los mayores de la congregación. Ella organizaba reuniones para los jóvenes y nos ayudaba a encontrar buenos amigos. Todo el mundo era bienvenido en casa. Y mamá y papá también nos enseñaron a ser amables y considerados con nuestros vecinos.

Todos los miércoles por la noche estudiábamos la Biblia en familia. A veces representábamos dramas bíblicos y nos vestíamos como los personajes de la época. Nuestros padres nos enseñaron desde muy pequeños a prepararnos para las reuniones de la congregación y a llevar el mensaje sobre el Reino de Dios a las personas en sus hogares. Aunque estaban muy ocupados criando a cinco hijos, nos dedicaban bastante tiempo y nos ayudaban a estar fuertes espiritualmente.

Cuando Sarah, Shane y Jessica salieron de la escuela se hicieron precursores, es decir, ministros cristianos de tiempo completo, igual que nuestra amiga Deborah. Sarah y yo estábamos muy unidas. Ella era como una segunda madre para mí, y en mis vacaciones escolares pasábamos el tiempo juntas ayudando a otras personas a conocer el mensaje bíblico. Aquello me encantaba. Veía lo felices que eran los precursores y me gustaba estar con ellos. Mi meta era ser precursora con Sarah cuando terminara la escuela.

En los días de fiesta, mi familia y otros miembros de la congregación solíamos juntarnos. Entre jóvenes y mayores reinaban el amor y la armonía. Poco imaginaba lo mucho que esos buenos amigos me apoyarían y consolarían más adelante.

Después del accidente

Al salir del hospital, regresé a casa. Shane y Jessica trabajaron duro para mantener y cuidar a los que quedábamos, compaginando empleos a tiempo parcial con el ministerio de tiempo completo.

Muchos Testigos de nuestra congregación también nos ayudaron. ¡Hicieron tanto por nosotros! Hasta que pudimos recuperarnos, nos trajeron comidas, nos ayudaron con la limpieza y la compra, y nos lavaron la ropa. Nos sentíamos muy agradecidos. Recibimos incontables regalos y tarjetas de ánimo de Testigos de todas partes, una prueba del amor intenso que existe en la organización de Jehová.

Al cabo de un año, mis hermanos y mi hermana comprendieron que yo necesitaba una vida de familia estable. Algunos amigos de la congregación ofrecieron bondadosamente su ayuda, así que mi familia se sentó para determinar lo que mamá y papá hubieran pensado que era lo mejor para mí y mi futuro espiritual.

Había una familia muy especial para nosotros: un anciano llamado Billy y su esposa, Dawn, que habían sido muy amigos de mis padres y tenían una hija de cinco años, Lois. Me acogieron en su casa, y a partir de ese momento me cuidaron con amor como si fuera su propia hija. Aunque Lois tuvo que compartir a sus padres, nunca tuvo celos de mí, y hoy estamos tan unidas como si fuéramos verdaderas hermanas.

Cómo sobrellevé la tragedia

Al principio me preguntaba por qué le había sucedido algo tan terrible a mi familia, sobre todo cuando mis padres, así como Sarah y Deborah, habían demostrado tanto amor por Jehová y otras personas. Pero en esos momentos recordaba el relato bíblico de Job, cuya fe en Dios no se debilitó a pesar de perder a sus hijos (Job 1:19, 22). Pensaba: “Bueno, en realidad fue Satanás el que trajo el sufrimiento y la muerte al mundo, y él se pondría muy contento si por este desastre dejáramos de servir a Dios” (Génesis 3:1-6; Revelación [Apocalipsis] 12:9).

También recordaba el amor de Jehová al darnos la fantástica esperanza de la resurrección (Juan 5:28, 29). Podremos ver de nuevo a nuestros familiares y a Deborah, ¡y esta vez será en un paraíso terrestre! En realidad, mi amor por Jehová se ha hecho más y más profundo.

Cuando me encuentro con personas que también han pasado por alguna desgracia, me entristece que no conozcan la hermosa promesa de la resurrección. Eso me impulsa a hablarles de nuestra esperanza, pues estoy segura de que solo gracias a Jehová y su organización pudimos superar tan bien aquel difícil trance, sabiendo que hay luz al final del túnel.

Tal vez nuestra experiencia haya tenido otro beneficio. Quizás haya motivado a algunos padres a preguntarse: “¿Hemos puesto en nuestros hijos un fundamento espiritual lo bastante sólido para que, si algo nos llegara a pasar, sigan sirviendo a Jehová sin nosotros?”.

He intentado vivir mi vida como si mamá y papá aún siguieran aquí. Sé que ellos habrían querido que me esforzara por ayudar al prójimo, tal como ambos hicieron. He sido precursora desde que salí de la escuela, y ahora Lois también lo es y salimos juntas a predicar. Mis hermanos y mi hermana se casaron y sirven felices a Jehová en sus congregaciones.

¡Cuánto anhelo el nuevo mundo de Dios y la resurrección! Entonces ya no habrá más dolor ni muerte (Revelación 21:3, 4). Saber que todos volveremos a estar juntos me motiva a seguir adelante. Estoy deseando abrazar con todas mis fuerzas a mamá, papá, Sarah y Deborah, y decirles: “¡Todos estamos aquí!”.


Articulo de la revista Despertad de Enero de 2010. Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.

Mantenga su confianza firme hasta el fin

Una avioneta vuela en medio de rigurosas condiciones atmosféricas. El piloto no puede divisar los puntos de referencia. Lo envuelven densas nubes. No obstante, confía en que podrá aterrizar sin ningún percance. ¿Por qué se siente confiado?

Cuenta con instrumentos precisos que le ayudan a volar a través de las nubes y aterrizar en la oscuridad. En su ruta, especialmente al acercarse al aeropuerto, hay radiofaros que lo dirigen, y se mantiene en comunicación con los controladores en tierra.

De manera parecida, podemos encarar el futuro con confianza a pesar de que las condiciones mundiales son cada día más tenebrosas. Puede que nuestro viaje por este sistema inicuo se haya alargado más de lo que algunos esperaban, pero podemos confiar en que vamos por el camino correcto y que llegaremos a tiempo. ¿Por qué podemos estar tan seguros? Porque tenemos una guía que nos permite detectar lo que no perciben los ojos humanos.

La Palabra de Dios es una ‘luz para nuestra vereda’ y “es fidedign[a], hace sabio al inexperto”. (Salmo 19:7; 119:105.) La Biblia expone con precisión lo que acontecerá en el futuro y nos da instrucciones claras para garantizar que lleguemos a salvo a nuestro destino. Sin embargo, para beneficiarnos de la guía divina, tenemos que confiar en ella.

En su carta a los Hebreos, Pablo instó a los cristianos judíos a que ‘mantuvieran fuertemente asida la confianza que habían tenido al principio con firmeza hasta el fin’. (Hebreos 3:14.) Nuestra confianza puede debilitarse si no la ‘mantenemos fuertemente asida’. ¿Cómo podemos mantener la confianza en Jehová firme hasta el fin?

Ejercite su fe

Antes de que un piloto pueda depender totalmente de sus instrumentos, necesita recibir la preparación apropiada y muchas horas de vuelo. El cristiano tiene que ejercitar su fe continuamente para mantener su confianza en la guía de Jehová, especialmente cuando surgen circunstancias difíciles. El apóstol Pablo escribió: “Porque tenemos el mismo espíritu de fe como aquel del cual está escrito: ‘Ejercí fe, por eso hablé’, nosotros también ejercemos fe y por eso hablamos”. (2 Corintios 4:13.) Por lo tanto, cuando hablamos de las buenas nuevas de Dios, estamos ejercitando y fortaleciendo nuestra fe.

Magdalena, que pasó cuatro años en un campo de concentración durante la segunda guerra mundial, dice respecto al valor de la predicación: “Mamá me enseñó que para mantener la fe firme es esencial interesarse en el bienestar espiritual de los demás. Recuerdo un suceso que ilustra nuestro sentir. Después de que salimos del campo de concentración de Ravensbrück, mamá y yo llegamos a casa un viernes. Dos días después, el domingo, salimos a predicar de casa en casa con los hermanos. Creo firmemente que si nos concentramos en ayudar a los demás a confiar en las promesas divinas, esas mismas promesas se harán más reales para nosotros”. (Compárese con Hechos 5:42.)

Para mantener la confianza firme hasta el fin, es necesario participar en otras actividades espirituales. El estudio personal es otro excelente ejercicio que fortalece la fe. El que imitemos a los bereanos y examinemos las Escrituras con diligencia a diario nos ayudará a “tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin”. (Hebreos 6:11; Hechos 17:11.) Es cierto que requiere tiempo y determinación tener un estudio personal. Tal vez por eso Pablo advirtió a los hebreos del peligro de ser “indolentes”, o perezosos, en cuanto a estos asuntos. (Hebreos 6:12.)

La pereza puede traer graves consecuencias en muchos ámbitos de la vida. Salomón observó que cuando “se dejan bajar las manos hay goteras en la casa”. (Eclesiastés 10:18.) El techo que no recibe mantenimiento tarde o temprano empieza a gotear. Si dejamos bajar las manos en sentido espiritual y no mantenemos nuestra fe, las dudas pudieran asaltarnos sin que nos diéramos cuenta. Por otro lado, el estudio de la Palabra de Dios y la meditación regular en ella nutrirán y protegerán nuestra fe. (Salmo 1:2, 3.)

Fortalezca su confianza mediante la experiencia


Nuestra confianza en Jehová aumenta cuando vemos prueba de su cuidado amoroso en nuestra vida. Así lo experimentó Josué, quien recordó a sus compañeros israelitas: “Ustedes bien saben con todo su corazón y con toda su alma que ni una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes”. (Josué 23:14.)

Las instrucciones de los controladores o las señales de un determinado instrumento a veces ayudan al piloto a percatarse de que necesita corregir su curso. Tal vez nosotros tengamos que cambiar nuestro proceder en conformidad con la instrucción de Jehová. “Tus propios oídos oirán una palabra detrás de ti que diga: ‘Este es el camino. Anden en él’, en caso de que ustedes se fueran a la derecha o en caso de que se fueran a la izquierda.” (Isaías 30:21.) Mediante su Palabra y organización recibimos consejos que nos advierten de los peligros espirituales. Uno de estos tiene que ver con las compañías que escogemos.

Las compañías pueden desviarnos de nuestro rumbo

Hay influencias externas que bombardean constantemente a los cristianos hoy. Vivimos en un mundo dominado por la carne en el que muchas personas se mofan de los valores espirituales y dan más importancia al dinero y los placeres. Pablo advirtió a Timoteo que los últimos días serían “difíciles de manejar”. (2 Timoteo 3:1-5.) Los adolescentes, que anhelan ser aceptados y populares, son especialmente vulnerables a las malas compañías. (2 Timoteo 2:22.)

Amanda, de 17 años, explica: “Por algún tiempo mi fe se debilitó hasta cierto grado a causa de mis compañeros de clase. Me decían continuamente que mi religión era restrictiva e irrazonable, y esto empezó a desanimarme. Sin embargo, mis padres me ayudaron a comprender que las pautas cristianas son una protección, no una restricción. Ahora comprendo que estos principios me ayudan a llevar una vida más satisfactoria que la de mis anteriores condiscípulos. He aprendido a confiar en las personas que realmente se interesan por mí —mis padres y Jehová—.

Seamos jóvenes o mayores, nos encontraremos con personas que harán comentarios desdeñosos acerca de nuestras creencias. Puede que parezcan sofisticadas, pero para Dios son personas físicas, no espirituales. (1 Corintios 2:14.) En los días de Pablo, los escépticos, sabios mundanos, eran un grupo influyente en la ciudad de Corinto. Las enseñanzas de estos filósofos probablemente hicieron que algunos cristianos corintios perdieran la fe en la esperanza de la resurrección. (1 Corintios 15:12.) “No se extravíen —advirtió el apóstol Pablo—. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles.” (1 Corintios 15:33.)

Por otro lado, las buenas compañías nos fortalecen espiritualmente. En la congregación cristiana tenemos la oportunidad de relacionarnos con personas que demuestran su fe por su modo de vivir. Norman aprendió la verdad en 1939, ¿Qué le ha ayudado a mantener aguda su perspectiva espiritual? “Las reuniones y una buena amistad con los hermanos fieles son esenciales —responde—. Este compañerismo me ha ayudado a ver con claridad la diferencia entre la organización de Dios y la de Satanás.”

El poder engañoso de las riquezas


Nuestros instintos egoístas pueden engañarnos en sentido espiritual. Jesús dijo que las riquezas tienen un “poder engañoso”, y Pablo advirtió que ‘el amor al dinero ha descarriado a muchos de la fe’. (Marcos 4:19; 1 Timoteo 6:10.)

Las esplendorosas metas materialistas pueden dirigirnos en la dirección incorrecta. En vez de regocijarnos en la “expectativa [...] de las cosas que se esperan”, la exhibición ostentosa del mundo que está pasando pudiera desviarnos. (Hebreos 11:1; 1 Juan 2:16, 17.) Si estamos “resueltos” a mantener un opulento estilo de vida, es probable que nos quede poco tiempo para crecer espiritualmente. (1 Timoteo 6:9; Mateo 6:24; Hebreos 13:5.)

La fe depende de un corazón receptivo


Un corazón receptivo también desempeña un papel importante en fortalecer nuestra confianza en Jehová. Es verdad que “fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente [o: “evidencia convincente”, nota] de realidades aunque no se contemplen”. (Hebreos 11:1.) Pero si no tenemos un corazón receptivo, es poco probable que se nos convenza. (Proverbios 18:15; Mateo 5:6.) Por eso el apóstol Pablo dijo que “la fe no es posesión de todos”. (2 Tesalonicenses 3:2.)

¿Cómo podemos mantener el corazón sensible a toda la evidencia convincente disponible? Cultivando cualidades piadosas, cualidades que enriquecen y estimulan la fe. Pedro nos insta a ‘suministrar a nuestra fe virtud, conocimiento, autodominio, aguante, devoción piadosa, cariño fraternal y amor’. (2 Pedro 1:5-7; Gálatas 5:22, 23.) Por otra parte, si llevamos una vida egocéntrica o sencillamente ofrecemos a Jehová un servicio de muestra, no es razonable esperar que nuestra fe crezca.

Esdras ‘preparó su corazón’ para leer la Palabra de Jehová y para ponerla por obra. (Esdras 7:10.) Miqueas también tenía un corazón receptivo. “En cuanto a mí, por Jehová me mantendré vigilante. Ciertamente mostraré una actitud de espera por el Dios de mi salvación. Mi Dios me oirá.” (Miqueas 7:7.)
Magdalena, citada antes, también espera pacientemente en Jehová. (Habacuc 2:3.) Ella dice: “Ya tenemos el paraíso espiritual. La segunda meta, el Paraíso físico, llegará muy pronto. Mientras tanto, centenares de millones de personas se unen a la gran muchedumbre. Me emociona ver a tantas personas acudiendo a la organización de Dios”.

Busquemos al Dios de nuestra salvación


Mantener la confianza firme hasta el fin requiere que ejercitemos nuestra fe y escuchemos con cuidado la guía que recibimos de Jehová y su organización. El esfuerzo ciertamente vale la pena. Los pilotos sienten gran satisfacción cuando, después de un vuelo largo y difícil, descienden y por fin salen de las densas nubes. Allí al frente ven la tierra, verde y acogedora. La pista de aterrizaje está debajo esperándolos.

A nosotros también nos espera una emocionante experiencia. Este mundo inicuo y tenebroso dará paso a una nueva tierra de justicia. Nos espera una acogida maravillosa. Podemos llegar allí si prestamos atención a las palabras del salmista: “Eres mi esperanza, oh Señor Soberano Jehová, mi confianza desde mi juventud. [...] En ti está mi alabanza constantemente”. (Salmo 71:5, 6.)


Articulo de la revista La Atalaya del 01 de Mayo de 1996. Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.

martes, 27 de agosto de 2013

Cántico 130: El milagro de la vida (Basado en el Salmo 36:9)

Nace un bebé; brota una flor;
cae la lluvia; sale el Sol: ¡qué bendición!
El Creador nos da aire, tierra y mar;
cada día es un hermoso don de Jehová.

Y ¿cómo pagaré la bondad de Dios?
Amaré al semejante con el corazón.
Vivir es un placer, es un privilegio,
regalo del Señor, milagro de Jehová.


Y ¿cómo pagaré la bondad de Dios?
Le daré mi obediencia y mi corazón.
Vivir es un placer, es un privilegio,
regalo del Señor, milagro de Jehová.

En la vida habrá quien se cansará,
quien dirá: “Maldice a Dios y muere ya”.
Como Job seré; no me rendiré
y las gracias por la vida siempre daré.

Y ¿cómo pagaré la bondad de Dios?
Amaré al semejante con el corazón.
Vivir es un placer, es un privilegio,
regalo del Señor, milagro de Jehová.



En el siguiente enlace se puede descargar el archivo en mp3, El libro de canticos aqui





domingo, 25 de agosto de 2013

Quien no atesora para con Dios. (La Frase del día)

Acuerdate de que la dignidad es el verdadero yo del hombre. No puede ser vendida por oro y no puede ser acumulada. El rico ha rechazado su dignidad y se ha aferrado a su oro. Y los jovenes de hoy día han abandonado la dignidad a fin de satisfacer sus apetitos y sus placeres

Gibran Jalil Gibran

Alma, tienes muchas cosas buenas almacenadas para muchos años; pásalo tranquila, come, bebe, goza”’. Pero Dios le dijo: ‘Irrazonable, esta noche exigen de ti tu alma. Entonces, ¿quién ha de tener las cosas que almacenaste?’. Así pasa con el hombre que atesora para sí, pero no es rico para con Dios”.


(Lucas 12:19-21)

¿De que maneras nos ayuda meditar en los relatos que encontramos en las paginas de la Biblia? (Utilidades de la pagina www.jw.org/es)

En la pagina www.jw.org/es hay una sección dedicada a fomentar la lectura entre los jovenes; cada tema inicia con una pregunta y una actividad para su descarga en formato pdf. La cual es un cuestionario para ayudarnos a conocer, entender y comprender la lectura propuesta.



Al meditar sobre los relatos en primer lugar hay que conocerlos por medio de las preguntas basicas ¿Que? ¿Quien? ¿Cuando? Hay que entenderlos por medio de las preguntas ¿Porque? ¿Como? en tercera persona. Finalmente hay que comprenderlos por medio de las preguntas ¿Porque? ¿Como? en primera persona.

La meditación del corazón debe dirigirse hacia cosas beneficiosas, como el esplendor y las obras de Jehová y las cosas que le agradan a Él (Sl 19:14; 49:3; 77:12; 143:5; Flp 4:8), no hacia los ardides de los inicuos. (Pr 24:1, 2.) La meditación provechosa evita las respuestas necias. Supone pensar seriamente en los asuntos de importancia para dar respuestas desde el corazón que no haya que lamentar más tarde. (Pr 15:28.)

Cuando a Josué se le puso al frente de la nación de Israel, se le mandó que hiciese una copia de la ley de Jehová, y se le dijo que meditara en ella día y noche.

El término hebreo para “meditar” en este texto es ha·gháh. Significa básicamente “emitir sonidos inarticulados”, y se traduce ‘aullar’, ‘gruñir’, ‘chirriar’ y ‘hablar entre dientes’. (Isa 16:7; 31:4; 38:14; 59:3.) Ha·gháh también significa ‘proferir en voz baja’ y ‘meditar’. (Sl 35:28; Pr 15:28.) Por ello la Traducción del Nuevo Mundo traduce el término hebreo ha·gháh ‘leer en voz baja’. (Véase también Sl 1:2.) La lectura en voz baja grabaría en la mente de manera más indeleble el objeto de la meditación.

¿Conoces la sección "Jovenes" de la pagina www.jw.org/es?

Esta responde varias preguntas y dudas que surgen al entrar en la adolescencia y hasta el inicio de la vida adulta. Esta complenta la información que encontramos en los libros:
 
"Lo que los jóvenes preguntan: Respuestas prácticas"  



 
"Lo que los jóvenes preguntan: Respuestas practicas (volumen 2)"



El meditar en ellas es de gran utilidad en el camino hacia la madurez y tienen que ver con el estudio personal, veamos algunas de ellas. No olvidemos que meditar en ellas nos entrena para afrontar los problemas cotidianos y evitar equivocarnos innecesariamente.




MAS PREGUNTAS se asemeja a los libros "Lo que los jóvenes preguntan: Respuestas prácticas"
los temas se dividen en preguntas que se responden por titulos, en este caso: ¿Por qué quiero irme?, ¿Estoy preparado? y ¿Qué quiero conseguir?, tambien se pueden escuchar e imprimir (dicho recurso se encuentra en la parte inferior de los articulos.


En particular la sección: "Actividades para estudiar la BIblia" nos ayuda a hacer mas amena la lectura y aprovechar las lecciones en nuestra vida.

Aprovechemos estas herramientas para facilitar el entendimiento y la guia que proporciona la palabra de Dios en todo aspecto importante de nuestra vida.

sábado, 24 de agosto de 2013

Politik (Coldplay)
 
Look at earth from outer space
Everyone must find a place
Give me time and give me space
Give me real, don't give me fake.

Give me strength, reserve control
Give me heart and give me soul
give me time, give us a kiss
Tell me your own politik.

Open up your eyes
Open up your eyes
Open up your eyes
Open up your eyes.

Give me one, cause one is best
In confusion, confidence
Give me piece of mind and trust
Don't forget the rest of us.

Give me strength, reserve control
Give me heart and give me soul
Wounds that heal and cracks that fix
Tell me your own politik.

Open up your eyes
Open up your eyes
Open up your eyes
open up your eyes
Just open up your eyes.

And give me love over, love over, love over this, ahhh
And give me love over, love over, love over this, ahhh. 
 
 
Políticas 
 
 
Mira la tierra desde el espacio.
Todos deben encontrar un lugar
Dame tiempo y dame espacio 
Dame algo real, no me des algo falso.

Dame fuerza, dame autodominio
Dame corazón y dame alma
Dame tiempo y dame un beso
Dime tus propias políticas

Abre bien los ojos
Abre bien los ojos
Abre bien los ojos
Abre bien los tuyos.

Dame uno, porque uno es mejor 
Entre nosotros estoy confundido 
Dame tranquilidad al pensar y confianza
No te olvides del resto de nosotros

Dame fuerza, dame autodominio 
Dame corazón y dame alma 
Las heridas sanan y las grietas se cierran 
Dime tus propias políticas

Abre bien los ojos
Abre bien los ojos
Abre bien los ojos
Abre bien los ojos
Tan solo abre bien los tuyos.

Y dame amor sobre todo, amor sobre todo, amor sobre
Todo ahhhh

Y dame amor sobre todo, amor sobre todo, amor sobre
Todo ahh
 
 
 

jueves, 22 de agosto de 2013

Cántico 111: Llamaré (Basado en Job 14: 13 al 15)

La vida es neblina matinal
que pasa con el viento.
Sombra fugaz, se va dejando atrás
vacío y sufrimiento.
¿Qué esperanza hay si tú mueres hoy?
Oye lo que dice Dios:


“Llamaré tu nombre ansioso,
y tú me responderás.
La obra de mis manos
eres tú. ¡Despierta ya!”.
 

Nuestro Dios está anhelante
por volver a contemplar
a sus amados hijos,
quienes ya no morirán.



Aun si se van, Jehová no olvidará
a sus amigos nunca.
Pronto vendrá el día en que saldrán
de sus oscuras tumbas;
vida gozarán por la eternidad
como prometió Jehová:



“Llamaré tu nombre ansioso,
y tú me responderás.
La obra de mis manos
eres tú. ¡Despierta ya!”.
 

Nuestro Dios está anhelante
por volver a contemplar
a sus amados hijos,
quienes ya no morirán.



En el siguiente enlace se puede descargar el archivo en mp3, El libro de canticos aqui

Un pariente más cercano (La frase del día)

Aquel que te comprende es un pariente más cercano que tu propio hermano. Porque tus parientes más proximos pueden no comprenderte y no conocer tu propio valor.

(Gibran Jalil Gibran)


Y Rut procedió a decir: “No me instes con ruegos a que te abandone, a que me vuelva de acompañarte; porque a donde tú vayas yo iré, y donde tú pases la noche yo pasaré la noche. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde mueras tú, yo moriré, y allí es donde seré enterrada. Que Jehová me haga así y añada a ello si cosa alguna aparte de la muerte hiciera una separación entre tú y yo”

(Rut 1: 16 y 17)

lunes, 19 de agosto de 2013

Ayuda para adultos que son hijos de alcohólicos

“Si uno se ha criado en una familia con problemas de alcoholismo, tiene que ajustar la mentalidad equivocada y la confusión emocional que derivó de tal crianza. Es inevitable.”—Doctor George W. Vroom.
UN SOLDADO gravemente herido está sangrando en el campo de batalla. Al momento lo recogen y lo llevan a toda prisa a un hospital. El soldado ha sobrevivido, pero sus problemas ni mucho menos han terminado. Las heridas tienen que sanar, y puede que no supere el trauma en años.

Para los hijos de un alcohólico, la casa puede ser un campo de batalla en el que se atenta contra las necesidades humanas básicas. Algunos niños son víctimas de abusos sexuales, otros de maltratos físicos y otros muchos están desatendidos en sentido emocional. “Es la misma clase de terror que puede sentir un niño cuando oye bombas o disparos de ametralladoras cerca de su casa”, dice un joven al reflexionar en su infancia. No es de extrañar que muchos hijos de alcohólicos manifiesten los mismos síntomas de estrés postraumático que los veteranos de guerra.

Es cierto que muchos niños sobreviven a estos traumas y con el tiempo se marchan de casa. Pero comienzan su vida adulta con una serie de heridas que, aunque no son visibles, son igual de reales y persistentes que las de un soldado. “Ahora tengo sesenta años —dice Gloria—, y mi vida todavía está afectada por los traumas de haber nacido en una familia con un padre alcohólico.”

¿Qué se puede hacer para ayudar a alguien que se encuentre en esas circunstancias? La Biblia recomienda: “Acompáñalo en la tristeza”. (Romanos 12:15, Una paráfrasis del Nuevo Testamento.) Para hacer esto, hay que comprender cuáles son las heridas que suelen originarse en un ambiente de alcoholismo.

“Nunca tuve infancia”

Un niño necesita que le alimenten, le cuiden y le demuestren cariño constantemente. Tal atención suele faltar en las familias con problemas de alcoholismo. En algunas de estas familias se invierten los papeles y se espera que sea el niño quien alimente al padre. Por ejemplo: Albert, a sus catorce años, era quien ganaba el pan para su familia. Y una niña llamada Jan tenía que desempeñar la mayor parte de las tareas domésticas, además de atender a sus hermanos menores, en lugar de su madre alcohólica, ¡y todo empezó cuando apenas tenía seis años de edad!

Los niños no son adultos y, por tanto, no pueden actuar como tales. Cuando los papeles de progenitor e hijo se invierten, los niños que hoy tienen que actuar como adultos se convierten en los adultos marcados del mañana. (Compárese con Efesios 6:4.) John Bradshaw, consejero familiar, escribe que estos niños “crecen hasta tener un cuerpo de adulto. Parecen adultos y hablan como tales, pero hay en su interior un niñito insaciable que nunca vio satisfechas sus necesidades”. Puede que se sientan como una cristiana que dijo: “Todavía me embarga un inmenso dolor por no habérseme satisfecho de niña mis necesidades emocionales más básicas”.

“Debe ser culpa mía”

Cuando Robert tenía tan solo trece años, su padre murió en un accidente. “Yo procuraba ser bueno —recuerda Robert sin levantar la mirada—. Sé que hice cosas que no le gustaban, pero no fui un mal niño.” Robert se sentía culpable por el alcoholismo de su padre, y llevó esa pesada carga durante muchos años. Cuando relató lo supracitado, Robert tenía nada menos que setenta y cuatro años.

Es bastante común que los niños asuman la responsabilidad del alcoholismo de su padre o su madre. Mediante autoinculparse, el niño se crea la ilusión de que puede controlar la situación. Como dice Janice: “Pensaba que si me comportaba mejor, mi padre no volvería a beber”.

La realidad es que ningún niño —ni ningún adulto— puede provocar, controlar ni curar el vicio de beber de otra persona. Si su padre o su madre son alcohólicos, usted no tiene la culpa, sin importar lo que alguien le haya dicho o le haya dado a entender. Y quizás necesite meditar bien si usted, ya de adulto, todavía siente indebida responsabilidad por las acciones y el comportamiento de otros. (Compárese con Romanos
14:12; Filipenses 2:12.)

“No puedo confiar en nadie”


La confianza se basa en la franqueza y la honradez. El ambiente del alcohólico se basa en el secreto y la negación.

De joven, Sara sabía que su padre era alcohólico. Sin embargo, ella recuerda: “Me sentía culpable hasta por pensar en la palabra [alcohólico], porque ningún otro miembro de la familia la pronunciaba”. Susan relata una experiencia similar: “Nadie de la familia hablaba jamás de lo que estaba pasando, de lo infelices que se sentían o de lo furiosos que estábamos con [mi padrastro alcohólico]. Creo que simplemente me desconecté de todo aquello”. Se ha observado que la realidad del alcoholismo de un padre o una madre a menudo va rodeada de un sentimiento de negación. “Aprendí a no ver las cosas porque había visto ya suficientes”, dice Susan.

El comportamiento inconsecuente del alcohólico socava aún más la confianza. Ayer estaba alegre y sin embargo hoy está furioso. “Nunca sabía cuándo se desataría el temporal”, dice Martin, hijo ya adulto de una madre alcohólica. El alcohólico rompe promesas, no por indiferencia, sino por causa del alcohol. La doctora Claudia Black explica: “El ansia por la bebida se convierte en la prioridad número uno del alcohólico. Todo lo demás es secundario”.

“Oculto mis sentimientos”


Cuando los sentimientos no pueden compartirse libremente, los niños aprenden a reprimirlos. Van a la escuela con “una sonrisa en el rostro y un nudo en el estómago”, dice el libro Adult Children—The Secrets of Dysfunctional Families (Hijos adultos: los secretos de las familias con problemas), y no se atreven a decir lo que piensan por temor a sacar a la luz el secreto de la familia. Por fuera, todo está bien; pero, por dentro, los sentimientos reprimidos empiezan a hervir.

En la vida adulta, todo intento de reprimir las emociones con una fachada de ‘todo va bien’, suele fracasar. Si los sentimientos no pueden ser expresados verbalmente, es probable que se exterioricen somáticamente, es decir, mediante úlceras, dolores de cabeza crónicos y otros trastornos. “Las emociones estaban literalmente destrozándome —dice Shirley—. Tenía todas las dolencias físicas habidas y por haber.” El doctor Timmen Cermak explica: “Los hijos adultos combaten el estrés negándolo, pero no se puede engañar a la Madre Naturaleza. [...] El organismo que se ve sometido a un gran estrés durante años termina por debilitarse”.

No basta con sobrevivir


Los hijos adultos de alcohólicos son fuertes; el hecho de que han sobrevivido a ese trauma de su infancia lo corrobora. Pero no basta con sobrevivir. Hay que aprender nuevos conceptos tocante a las relaciones familiares. Posiblemente haya que dar atención a sentimientos de culpa, ira y falta de amor propio. Los hijos adultos de alcohólicos deben esforzarse por vestirse de lo que la Biblia llama “la nueva personalidad”. (Efesios 4:23, 24; Colosenses 3:9, 10.)

Esa no es tarea fácil. LeRoy, cuyo padre era alcohólico, luchó por aplicar principios bíblicos en su propia familia durante veinte años. “Cuando recibía los amorosos consejos de la Sociedad a través del libro Familia y otras publicaciones, no podía captar la idea. Eso hizo que no aplicase muy bien la información. [...] Trataba de buscar reglas y de aplicarlas mecánicamente, sin sensibilidad, como los fariseos.” (Véase Mateo 23:23, 24.)

Para una persona como LeRoy, el simplemente instarle a “ser más cariñoso”, a “comunicarse” o a “disciplinar a sus hijos” puede ser insuficiente. ¿Por qué? Porque puede que nunca haya experimentado estas cualidades o capacidades, así que, ¿cómo va a expresarlas o imitarlas? LeRoy buscó ayuda para entender el impacto que había producido el alcoholismo de su padre en él. La terapia que siguió le abrió las puertas para progresar en sentido espiritual. “Aunque ha sido una época muy dolorosa en mi vida, he progresado mucho en sentido espiritual —dice—. Por primera vez en mi vida siento que estoy empezando a conocer bien lo que es el amor de Dios.” (1 Juan 5:3.)

Una cristiana llamada Cheryl se benefició de la ayuda de una asistenta social con experiencia en el campo de familias con problemas de alcoholismo. Pero, además, se confió a un anciano de la congregación que manifestó gran empatía. “Hasta que no me libré de todos mis vergonzosos secretos de familia, no me encontré en paz con Jehová y conmigo misma —explica—. Ahora veo a Jehová como mi Padre (algo que antes me resultaba imposible), y ya no me siento tan defraudada por no haber recibido nunca de mi padre terrestre el amor y la guía que tanto necesitaba.”

Amy, hija de un alcohólico, descubrió que esforzarse por desarrollar “el fruto del espíritu” le era de gran ayuda. (Gálatas 5:22, 23.) También aprendió a confiar sus pensamientos y sentimientos a un anciano comprensivo. “Él me recordaba que la aprobación que realmente debía buscar —dice Amy— era la de Jehová Dios y Jesucristo. Buscar el amor y la aprobación de ellos no es jamás un proceder autodestructivo.”

Una curación completa

La Biblia contiene la promesa escrita de Jesucristo de que los que acuden a él cargados con ansiedades hallarán refrigerio. (Mateo 11:28-30.) Además, a Jehová se le llama “el Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación”. (2 Corintios 1:3, 4.) Maureena afirma: “Llegué a conocer a Jehová como Aquel que nunca me abandonaría física, mental ni emocionalmente”.

Vivimos en un tiempo que la Biblia califica de últimos días, un tiempo en el que muchos —hasta dentro del círculo familiar— serían ‘maldicientes, desnaturalizados e inhumanos’. (2 Timoteo 3:2, 3, Bartina-Roquer.) Pero Dios promete que pronto establecerá un nuevo mundo de paz en el que borrará toda lágrima y pesar. (Revelación 21:4, 5.) Una cristiana que se crió en una familia con problemas de alcoholismo dice: “Esperamos que todos nosotros podamos entrar juntos en el nuevo mundo, donde recibiremos la curación completa que solo Jehová puede otorgar”.

UNA EXPERIENCIA PERSONAL

“Soy hija de un alcohólico. Mi padre se hizo alcohólico cuando yo tenía ocho años. Cuando bebía, se ponía violento. Recuerdo el terror que sentíamos todos los miembros de la familia. En una época en la que podía haber disfrutado de una infancia feliz, aprendí a ocultar mis sentimientos, necesidades, deseos y esperanzas. Mi madre y mi padre estaban demasiado ocupados atendiendo el problema de él, así que yo nunca podía contar con ellos. No era merecedora de su tiempo. Llegué a sentirme inútil. El papel que me impusieron a la edad de ocho años me obligó a dejar de ser niña, crecer de golpe y cargar con responsabilidades de familia. Mi vida quedó interrumpida.

”La conducta de mi padre era tan vergonzosa que hacía que yo me sintiera avergonzada. Para compensar esos sentimientos traté de ser perfecta. Daba mucho de mí misma, tratando de comprar amor, pues nunca me sentía merecedora de recibir amor incondicional. Mi vida se convirtió en una representación teatral, sin sentimientos. Años más tarde mi marido y mis hijos me dijeron que me comportaba mecánicamente, como un robot. Durante treinta años había trabajado como una esclava para ellos, había sacrificado mis necesidades emocionales por las suyas, me había dado a ellos como siempre había hecho con mis padres. ¿Y así me lo agradecían? Aquello fue el golpe de gracia.

”Airada, confundida y desesperada, decidí descubrir qué me pasaba. Hablé con otras personas que se habían criado en familias con problemas de alcoholismo, y empezaron a aflorar en mí muchos sentimientos que había tenido reprimidos, cosas que nunca antes había recordado, cosas que habían provocado mis frecuentes ataques de extenuante depresión. Fue como un desahogo, una catarsis. Me alivió mucho saber que no estaba sola, que otros compartían y entendían el trauma de haberse criado en una familia con problemas de alcoholismo.

”Acudí a una asociación denominada Adult Children of Alcoholics (Hijos adultos de alcohólicos) y empecé a aplicar parte de su terapia. Los cuadernos de ejercicios me ayudaron a cambiar la mentalidad equivocada que tenía. Escribí un diario para desenterrar otros sentimientos adicionales, sentimientos que llevaban años reprimidos. Escuché cintas sobre cómo ayudarse a uno mismo. Seguí en la televisión un seminario presentado por un hombre que también era hijo de un alcohólico. El libro Feeling Good (Cómo sentirse bien) —de la Facultad de Medicina de la universidad de Pensilvania (E.U.A.)— me ayudó a cultivar amor propio y a rectificar mis esquemas mentales.

”Algunos de estos nuevos patrones de pensamiento se convirtieron en instrumentos, pautas que me ayudaron a enfrentarme a la vida y a mis relaciones con otros. Dos de las pautas que aprendí y apliqué son: ‘Lo que importa no es lo que nos sucedió a nosotros, sino cómo vemos o percibimos lo que sucedió. No debemos reprimir nuestros sentimientos, sino examinarlos y, o bien expresarlos de manera constructiva, o descartarlos’. Otra pauta que me ayudó es: ‘Actúe en armonía con la forma correcta de pensar’. Actuar de ese modo reiteradas veces puede crear en usted un nuevo patrón mental.

”Pero el instrumento más importante de todos es la Palabra de Dios, la Biblia. De esta y de las congregaciones de los testigos de Jehová, junto con sus ancianos y otros Testigos maduros, he recibido un buen grado de curación espiritual y he aprendido a desarrollar el debido amor propio. También he aprendido que no soy una persona de tantas, sino que tengo personalidad propia, que en todo el universo no hay otra igual que yo. Y lo más importante es que estoy convencida de que Jehová me ama y de que Jesús murió también por mí, no solo por otros.

”Ahora, un año y medio después, diría que me he recuperado en un 70%. Pero no experimentaré curación total hasta que el nuevo mundo de justicia de Jehová reemplace este presente mundo inicuo y a su dios, Satanás el Diablo.”

CONCLUSIÓN

La Biblia dice: “El consejo en el corazón del hombre es como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará”. (Proverbios 20:5.) Se necesita discernimiento para ayudar a alguien deprimido a sacar de las aguas profundas de su corazón las cosas que le afectan. De “la multitud de consejeros” puede derivarse mucho bien si dichos consejeros son discernidores. (Proverbios 11:14.)

El valor de pedir consejo a otros se indica también en el siguiente proverbio: “Con hierro, el hierro mismo se aguza. Así un hombre aguza el rostro de otro”. (Proverbios 27:17.) Cuando las personas angustiadas se comunican con otros, puede haber “un intercambio de estímulo entre [ellos]”. (Romanos 1:12.) Y para cumplir el mandato bíblico de ‘hablar confortadoramente a las almas abatidas’, el que trata de confortar a una persona deprimida tiene que entender la causa y las ramificaciones de la depresión que la aflige. (1 Tesalonicenses 5:14.)

Articulo de la revista ¡Despertad! del 22 de Mayo de 1992. Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.

Los celos casi arruinan mi vida (Experiencia tomada de la revista ¡Despertad!)

Los celos empezaron a afectarme seriamente cuando me casé con mi segundo esposo, Mark. Debíamos atender a varios hijastros y tratar con nuestros ex cónyuges. A veces la situación se volvía insoportable. Cada vez que surgía un conflicto de familia, me parecía que Mark no me apoyaba. Empecé a pensar que todavía amaba a su anterior esposa. En vez de controlar los celos, permití que me dominaran. Me sentía amenazada cada vez que la anterior esposa de Mark estaba cerca.

Observaba a Mark constantemente, hasta fijándome en sus ojos para ver hacia dónde miraban. Leía en ellos pensamientos que ni siquiera estaban allí. A veces lo acusaba abiertamente de seguir amando a su ex esposa. En cierta ocasión se disgustó tanto que se levantó y se marchó de una asamblea cristiana. Me sentía culpable delante de Jehová. Estaba amargando la vida a toda la familia, pues al final la situación afectó también a los niños. Me odiaba a mí misma por lo que estaba haciendo, pero sin importar cuánto me esforzaba, no hallaba la forma de controlar los celos.

En vez de ayudarme, Mark comenzó a tomar represalias. Cuando lo acusaba, me gritaba: “Lo que pasa es que estás celosa”. Hasta parecía que procuraba ponerme celosa adrede. Quizá pensaba que así me curaría los celos, pero en realidad empeoraba la situación. Empezó a mirar a otras mujeres, haciendo comentarios sobre su belleza, lo cual me hacía sentir inferior y menos deseada. La situación llegó a tal punto que comenzó a aflorar otra emoción indeseable: el odio. A esas alturas estaba tan desorientada, que lo único que deseaba era que Mark y su familia desaparecieran de mi vida.

Cuando la Biblia dice que “los celos son podredumbre a los huesos”, tiene toda la razón. (Proverbios 14:30.) Mi salud empezó a verse afectada. Se me abrieron úlceras estomacales que tardaron mucho tiempo en sanar. Seguí amargándome la vida sospechando de todo lo que hacía Mark. Le revisaba los bolsillos, y si encontraba números telefónicos, llamaba para ver quién contestaba. En el fondo estaba tan avergonzada de mí misma, que lloraba de vergüenza cuando oraba a Jehová. Sin embargo, no podía contenerme. Era mi peor enemiga.

Mi espiritualidad se resintió a tal grado que dejé de orar. Amaba a Jehová y quería hacer lo correcto. Conocía todos los textos bíblicos que hablan sobre la vida conyugal, pero no podía ponerlos en práctica. Por primera vez en mi vida ya no quería vivir, aun cuando tenía unos hijos maravillosos.
Los ancianos de la congregación cristiana me animaron mucho y se esforzaron al máximo por ayudarme. Pero cuando sacaban a colación el tema de mis celos, la vergüenza me hacía negar que tuviera tal problema.

Con el tiempo, mi salud empeoró tanto que me tuvieron que internar en un hospital para operarme. Mientras estaba allí me di cuenta de que la vida no podía seguir así. Mark y yo decidimos separarnos por tres meses para examinar nuestra situación más fríamente. Durante este tiempo ocurrió algo magnífico. En la revista ¡Despertad! apareció un artículo intitulado “Ayuda para adultos que son hijos de alcohólicos”.

Resulta que mi madre era alcohólica. Aunque mis padres no me maltrataron físicamente, nunca se mostraron cariño ni me lo mostraron a mí. No recuerdo ni una sola ocasión en la que mi madre me estrechara entre sus brazos o me dijera que me quería. De modo que crecí sin saber realmente cómo amar o, lo que es igual de importante, cómo ser amada.

Mi madre solía contarme que mi padre tenía romances y que no podía confiar en él. De modo que, por lo visto, crecí sin confiar en los hombres. Por causa de mi crianza, siempre me sentí inferior a los demás, especialmente a otras mujeres. Leer aquel artículo de ¡Despertad! me ayudó a entender la razón. Por primera vez comprendí cuál era la raíz de mi problema con los celos.

Le mostré el artículo a mi esposo, Mark, y también le sirvió para entenderme mejor. En poco tiempo logramos seguir el consejo bíblico para las parejas que están pensando en separarse e hicimos las paces. (1 Corintios 7:10, 11.) Ahora nuestro matrimonio marcha mejor que nunca. Casi todo lo hacemos juntos, especialmente cuando se trata de actividades cristianas. Mark es más comprensivo. Casi no pasa un día sin que me diga lo mucho que me quiere, y ahora sí le creo.

Cuando sé que vamos a ver a su ex esposa, le pido a Jehová que me dé fortaleza y me ayude a comportarme de un modo propio de la madurez cristiana. Y surte efecto. Incluso estoy superando mi animosidad hacia ella. Ya no me recreo en pensamientos negativos ni me dejo llevar por la imaginación.

Todavía siento celos alguna vez. Lo único que me librará completamente de ellos será la vida perfecta en el nuevo mundo de Dios. Entretanto he aprendido a controlarlos, en vez de permitir que me controlen a mí. Sí, los celos casi arruinaron mi vida, pero gracias a Jehová y a su organización, ahora soy más feliz y mi salud ha vuelto a la normalidad. Tengo de nuevo una buena relación con mi Dios, Jehová. (Contribuido)

Articulo de la revista La Atalaya del 15 de Septiembre de 1995. Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.

jueves, 15 de agosto de 2013

La desesperacion (La frase del día)

La desesperación es el reflujo de cada flujo del corazón.

Es una Enfermedad Muda.

La desesperación debilita nuestra vista y nos cierra los oídos. No vemos más que los espectros del destino y no oímos sino el latido de nuestros corazones agitados.
 (Gibran Jalil Gibran) 


¡Mira! Hay aquellos que me dicen: “¿Dónde está la palabra de Jehová? Que entre, por favor”. Pero en cuanto a mí, yo no me apresuré para dejar de ser pastor en pos de ti, y no mostré desear con vehemencia el día de la desesperación. Tú mismo has conocido la expresión de mis labios; enfrente de tu rostro ha ocurrido. No llegues a ser para mí una cosa aterradora. Tú eres mi refugio en el día de la calamidad. 

(Jeremías 17:15-17)

miércoles, 14 de agosto de 2013

Cántico 29: Andaré en mi integridad (Basado en el Salmo 26)

Oh Dios mío, en ti he cifrado mi confianza; oh, no sea yo avergonzado. No se alborocen mis enemigos sobre mí.
(Salmo 25:2)



Jehová, mi Dios, te ruego júzgame.
En ti confío yo, bien sabes que soy fiel.
Observa tú mi mente y corazón;
delante de ti están, refínalos, Señor.

Mi integridad yo mantendré, Jehová;
por la eternidad a ti seré leal.

Mi amistad al falso nunca di,
al hombre desleal yo siempre aborrecí.
La vida no me vayas a quitar
igual que al pecador que ama la maldad.

Mi integridad yo mantendré, Jehová;
por la eternidad a ti seré leal.

Tu casa es lo que más quiero yo,
a ella correré buscando tu favor.
Y marcharé en torno de tu altar;
agradecido a ti, mi voz te cantará.

Mi integridad yo mantendré, Jehová;
por la eternidad a ti seré leal.


En el siguiente enlace se puede descargar el archivo en mp3, que es parte de Cantemos a Jehová (coro y orquesta) disco 4, El libro de canticos aqui


¿Comó hacer las paces? (El punto de vista bíblico)

REFIRIÉNDOSE a los seres humanos, la Biblia declara: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Es de esperar que entre los más de siete mil millones de personas imperfectas del planeta surjan choques. Ahora bien, ¿cómo podemos hacer las paces cuando llegamos a tener problemas con alguien?

La Biblia, un libro con consejos muy prácticos, afirma que nuestro Creador, cuyo nombre es Jehová, es “el Dios de la paz” (Hebreos 13:20; Salmo 83:18). Él desea que sus criaturas terrestres disfruten de relaciones pacíficas, e incluso nos ha puesto el ejemplo. Al pecar, Adán y Eva arruinaron la relación de la humanidad con Dios. No obstante, Jehová tomó de inmediato las medidas necesarias para reconciliarse con su creación humana (2 Corintios 5:19). A continuación veremos tres consejos que nos da la Biblia para reconciliarnos con los demás.

Perdonar sin reservas

¿Qué dice la Biblia? “Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes.” (Colosenses 3:13.)

¿Cuál es la dificultad? Quizás usted tenga una verdadera “causa de queja” y crea que la relación con el ofensor merece terminar. O tal vez piense que este debe pedirle perdón primero. Pero ¿y si dicha persona no sabe que lo ha ofendido o considera que usted es quien lo ha lastimado? En ese caso, el problema quedará sin resolver.

¿Qué hacer? Siga el consejo bíblico de perdonar sin reservas, en especial si la falta no fue grave. A fin de cuentas, si Dios llevara un registro de nuestros errores, ¿quién podría dar la cara ante él? (Salmo 130:3.) La Biblia dice que “Jehová es misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa. Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo” (Salmo 103:8, 14).

Fíjese también en este proverbio bíblico: “La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión” (Proverbios 19:11). La persona perspicaz ve más allá de las apariencias, es capaz de discernir la razón por la que alguien dice o hace algo poco amable. Pregúntese: “¿Por qué me trataría así? ¿Estaría bajo presión, o quizá tenía cansancio o algún malestar?”. Identificar los verdaderos sentimientos y motivos, así como las circunstancias del ofensor, podría templar su indignación y ayudarle a pasar por alto las faltas.

Hablar con el ofensor

¿Qué dice la Biblia? “Si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano.” (Mateo 18:15.)

¿Cuál es la dificultad? Las emociones negativas —como el temor, la ira y la vergüenza— pudieran impedirle que aborde al implicado para resolver la situación. Además, es posible que usted se sienta tentado a buscar apoyo contando a otros lo sucedido, lo cual probablemente avivará y agrandará el problema.

¿Qué hacer? Si la ofensa es grave y usted cree que es imposible pasarla por alto, hable con el implicado. Al tratar el asunto, procure hacerlo de la siguiente manera:

1) Lo más pronto posible. No deje las cosas para después. De otra forma, el problema podría agravarse. Ponga en práctica el siguiente consejo de Jesús: “Si estás llevando tu dádiva al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu dádiva allí enfrente del altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva” (Mateo 5:23, 24).

2) En privado. Resista la tentación de contar a los demás lo que ocurrió. Proverbios 25:9 aconseja: “Defiende tu propia causa con tu semejante, y no reveles el habla confidencial de otro”.

3) Calmadamente. Reprima la tendencia a analizar quién tiene la razón. Su objetivo es hacer las paces, no ganar la pelea. En vez de usar la palabra tú, procure hablar en primera persona. Por ejemplo, decir: “Me siento mal porque...” puede dar mejores resultados que decir: “¡Tú me hiciste sentir mal!”. La Biblia declara: “Sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificación mutua” (Romanos 14:19).

Ejerza gran paciencia

¿Qué dice la Biblia? “No devuelvan mal por mal a nadie. [...] ‘Si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber’.” (Romanos 12:17, 20.)

¿Cuál es la dificultad? Si en el primer intento no consigue hacer las paces, probablemente usted se desanime y quiera tirar la toalla.

¿Qué hacer? Sea paciente. El temperamento y el nivel de madurez varían en cada caso. A algunos quizá les toma tiempo calmarse, y otros todavía están aprendiendo a desplegar cualidades cristianas. Siga mostrando amor y bondad. La Biblia hace esta exhortación: “No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien” (Romanos 12:21).

Se necesita humildad, perspicacia, paciencia y amor para hacer las paces. Pero disfrutar de relaciones pacíficas bien vale la pena.

¿ME LO HE PREGUNTADO?

● ¿Qué nos motivará a perdonar sin reservas? "Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes." (Colosenses 3:13.)




Nota personal: Al recordar las ofensas que hemos cometido contra Jehová y meditar en como nos perdono liberalmente, nos ayudara a olvidar las ofensas, no solo decir: ¡Te he perdonado, pero no puedo olvidar lo que hiciste! Jehová como supremo juez esta en el derecho de destruir a aquellos que no se arrepienten de corazón y tambien a aquellos que son duros de corazón para con sus hermanos. ”Dejen de juzgar, para que no sean juzgados; porque con el juicio con que ustedes juzgan, serán juzgados; y con la medida con que miden, se les medirá. Entonces, ¿por qué miras la paja [que hay] en el ojo de tu hermano, pero no tomas en cuenta la viga [que hay] en tu propio ojo? O, ¿cómo puedes decir a tu hermano: ‘Permíteme extraer la paja de tu ojo’; cuando ¡mira!, hay una viga en tu propio ojo? (Mateo 7: 1 al 4)

● ¿Qué principio nos ayudará a resolver nuestras diferencias con los demás? 
"Por eso, si estás llevando tu dádiva al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu dádiva allí enfrente del altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva." (Mateo 5:23, 24)

Nota personal: De ningun modo el servicio a Jehová cubre el odio o el resentimiento. De ahí la importancia de hacer las paces. Un servicio que se hace para ocultar pecados como el homicidio es repugnante para Jehová, pues odiar a nuestros hermanos es homicidio: 

”Oyeron que se dijo a los de la antigüedad: ‘No debes asesinar; pero quienquiera que cometa un asesinato será responsable al tribunal de justicia’. Sin embargo, yo les digo que todo el que continúe airado con su hermano será responsable al tribunal de justicia; pero quienquiera que se dirija a su hermano con una palabra execrable de desdén será responsable al Tribunal Supremo; mientras que quienquiera que diga: ‘¡Despreciable necio!’, estará expuesto al Gehena de fuego." (Mateo 5: 21 y 22)

Este principio nos ayuda a entender las palabras que Jesucristo dijo a los Fariseos que se creian justos ante sus propios ojos. Pero no ante los ojos de Jehová.

  
"Jesús les dijo: “Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían a mí, porque de Dios vine yo y estoy aquí. Tampoco he venido por mi propia iniciativa, no, sino que Aquel me ha enviado. ¿Por qué no saben ustedes lo que hablo? Porque no pueden escuchar mi palabra. Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de [la mentira]." (Juan 8:42 a 44). 






● ¿Qué podemos hacer si no conseguimos reconciliarnos tras haberlo intentado? "No devuelvan mal por mal a nadie. Provean cosas excelentes a vista de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres. No se venguen, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: “Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová”. Pero, “si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza”. No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien."

Nota personal: El punto de vista humano es pagar de acuerdo a lo que recibimos. ¡Que diferente es seguir el proceder de Jehová! Aunque la humanidad le dio la espalda en el jardin de Eden, El busco reconciliarse con el genero humano. Su hijo no llamo a las huestes celestiales para que lo defendieran. Incluso pidio que aquellos que lo estaban asesinando fueran perdonados: ¡Padre, perdonalos, no saben lo que hacen!. Por eso en cada oportunidad que tengamos de ayudar a aquellos que nos ofenden, existe la posibilidad de ablandar el rostro de esa persona. Pero al final las cosas quedan entre esa persona y Jehová. Y estaremos cifrando nuestra confianza en Jehová y no en nuestros propios medios.








“La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión.” (PROVERBIOS 19:11)

Articulo de la revista ¡Despertad! de Marzo de 2012. Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.



viernes, 9 de agosto de 2013

Manténgase listo para un brillante mañana

“MANTÉNGANSE listos”, exhortó Jesús. (Lucas 12:40.) De hacerlo así, cuando Cristo venga “con poder y gran gloria” podremos responder con júbilo a su mandato: “Levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca”. (Lucas 21: 27, 28.)

¿De qué clase de liberación se trata? De una liberación análoga a la que disfrutaron Noé y su familia: sobrevivir al fin del mundo. “El mundo va pasando —escribió el apóstol Juan—, [...] pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:17.)

En el nuevo mundo de Jehová, los súbditos terrenales del Rey, Jesucristo, gozarán de vida eterna. “Los justos mismos poseerán la tierra —asegura la Biblia—, y residirán para siempre sobre ella.” (Salmo 37:29.) ¡Qué espléndido futuro promete Dios a su pueblo! “Dios mismo estará con ellos —dice su Palabra—. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor.” Esta es, sin duda, una profecía veraz. (Revelación 21:3, 4.)

No obstante, para tener este porvenir es preciso tomar ciertas medidas. Es imprescindible que obtengamos conocimiento. La Biblia dice: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. (Juan 17:3.)

Asimismo, es necesario que nos reunamos asiduamente con aquellos que van tras dicho conocimiento, como aconsejó el apóstol Pablo: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos, [...] y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca”. (Hebreos 10:24, 25.) En efecto, el pueblo de Jehová comprende que el día de liberación que dará paso al nuevo mundo de Dios está cada vez más cerca.

Mantenerse listos significa estar ocupados haciendo una obra como la que realizó Noé, quien en los días previos al Diluvio fue “predicador de justicia”. (2 Pedro 2:5.) Implica asimismo efectuar “actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa”. Lo invitamos, sí, lo exhortamos, a unirse al pueblo de Jehová y a ‘esperar y tener muy presente la presencia del día de Jehová’. (2 Pedro 3:11, 12.)

Articulo de la revista ¡Despertad! del 22 de Junio de 1995. Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.

miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Cómo puedo ser salvo?


JOHNNY tenía 10 años cuando un hombre lo detuvo en una feria y le preguntó: “Joven, ¿aceptas a Jesucristo como tu Señor y Salvador?”. Johnny se quedó un tanto extrañado, pues siempre había creído en Jesús; de forma que respondió: “Claro que sí”. El predicador entonces exclamó: “¡Alabado sea el Señor! ¡Se ha salvado otra alma para Cristo!”.

¿Será la salvación algo tan simple? Muchos desean recibir las bendiciones sin asumir la responsabilidad de seguir a Jesús y obedecerle. De hecho, el verbo “obedecer” llega a incomodarlos. No obstante, Jesús dijo: “Ven, sé mi seguidor”. (Lucas 18:18-23.) Además, la Biblia declara: “Los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús [...] sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna”. (2 Tesalonicenses 1:8, 9; Mateo 10:38; 16:24.)

¿Qué hará a fin de ser salvo?

CIERTO hombre preguntó a Jesús: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?”. ¿Qué respondió él? ¿Acaso le dijo: ‘Para ser salvo basta con que me aceptes como tu Señor y Salvador’? De ningún modo; más bien, contestó: “Esfuércense vigorosamente por entrar por la puerta angosta, porque muchos, les digo, tratarán de entrar, pero no podrán”. (Lucas 13:23, 24.)

Entonces, ¿qué significa seguir a Jesús, y cómo podemos hacerlo? Pues bien, ¿cómo se comportó él? ¿Fue inmoral, fornicador, borracho, mentiroso o fraudulento? ¡De ningún modo! ‘Pero ¿es que tengo que erradicar todo esto de mi vida?’, tal vez pregunte alguien. Para hallar la respuesta, examine Efesios 4:17 a 5:5. No dice que Dios nos acepta sin importar lo que hagamos. Por el contrario, nos manda ser diferentes de las naciones mundanas, que han “llegado a estar más allá de todo sentido moral”.

Asimismo nos dice: “Ustedes no aprendieron que el Cristo sea así [...;] deben desechar la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior [...]. El que hurta, ya no hurte más [...]. Que la fornicación y la inmundicia de toda clase, o la avidez, ni siquiera se mencionen entre ustedes, tal como es propio de personas santas [...]. Porque saben esto, y ustedes mismos lo reconocen: que ningún fornicador, ni inmundo, ni persona dominada por la avidez —lo que significa ser idólatra— tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios”.

¿Seguimos a Jesús si ni siquiera tratamos de imitar su ejemplo? ¿No hemos de esforzarnos por vivir más cristianamente? Esta cuestión de capital importancia se la plantean muy raras veces los que suscriben la siguiente invitación de un folleto religioso: “Acude a Cristo ahora, tal como eres”.

Un discípulo de Jesús previno contra los hombres impíos que “[tornaban] la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para conducta relajada, y que [demostraban] ser falsos a nuestro único Dueño y Señor, Jesucristo”. (Judas 4.)

Por consiguiente, “aceptar a Cristo” abarca más que admitir las bendiciones que brinda el sublime sacrificio de Jesús. Exige obedecer. El apóstol Pedro señala que el juicio comienza “con la casa de Dios”, y luego agrega: “Ahora bien, si comienza primero con nosotros, ¿cuál será el fin de los que no son obedientes a las buenas nuevas de Dios?”. (1 Pedro 4:17.) No basta, pues, con oír y creer. La Biblia indica que debemos ser “hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándo[nos] a [nosotros] mismos con razonamiento falso”. (Santiago 1:22.)

Mensajes directos de Jesús

En el libro bíblico de Revelación, o Apocalipsis, aparecen mensajes que Jesús transmitió mediante Juan a siete congregaciones cristianas primitivas. (Revelación 1:1, 4.) ¿Dijo Jesús que era suficiente que los fieles de aquellas congregaciones lo hubieran “aceptado”? De ningún modo. Alabó sus hechos, labor y aguante, y se refirió a su amor y fe, así como al ministerio que realizaban. Añadió, no obstante, que el Diablo los sometería a prueba y que serían recompensados “individualmente según sus hechos”. (Revelación 2:2, 10, 19, 23.)

“Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo. Porque el que quiera salvar su alma, la perderá; pero el que pierda su alma por causa de mí, la hallará”. (Mateo 16:24, 25.)

¿Repudiarse a uno mismo? ¿Seguir a Jesús de continuo? Para ello hay que esforzarse, cambiar de modo de vida. Pero ¿indicó Jesús que algunos tendríamos incluso que ‘perder nuestra alma’, es decir, morir por él? Efectivamente, y para ello se requiere la fe que nace de aprender, mediante el estudio, las maravillas que encierra la Palabra de Dios. Así se demostró el día que Esteban murió lapidado por un grupo de fanáticos religiosos que “no [pudieron] mantenerse firmes contra la sabiduría y el espíritu con que él hablaba”. (Hechos 6:8-12; 7:57-60.) Igual fe han demostrado en nuestra época los cientos de testigos de Jehová que murieron en los campos nazis por no ir contra los dictados de su conciencia educada por la Biblia.

Celo cristiano

La salvación es una dádiva gratuita que Dios concede. No puede ganarse. Sin embargo, para alcanzarla hace falta esfuerzo. Si nos ofrecieran un regalo muy valioso y fuéramos tan ingratos que no nos lo lleváramos siquiera, el dador tal vez reaccionara ofreciéndoselo a otra persona. Pues bien, ¿cuánto valor tiene la sangre de Jesucristo? Cierto, es un don gratuito, pero debemos demostrar profunda gratitud por él.

Los verdaderos cristianos están en condición de salvos en el sentido de que gozan de la aprobación divina. Colectivamente tienen garantizada la salvación. Sin embargo, cada uno ha de cumplir con las normas de Dios. Por eso, pueden fallar, pues Jesús dijo: “Si alguien no permanece en unión conmigo, es echado fuera como un sarmiento, y se seca”. (Juan 15:6.)

Articulo de la revista La Atalaya 01 de Febrero de 1996. Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.





lunes, 5 de agosto de 2013

Cántico 66: Serviré a Jehová de todo corazón (Basado en Mateo 22: 37)

Oh Jehová, Gran Soberano,
eres el Dios a quien honraré.
Te prometo mi obediencia;
de tu confianza digno seré.
Tus mandatos son un deleite.
Tuya es mi fiel devoción.

Dios glorioso, Rey Supremo,
te amo con todo mi corazón.


Sol y Luna, tierra y cielo,
a coro cantan tu gran poder.
Mi garganta uno a ellos;
tu nombre yo daré a conocer.
Nunca dejaré de adorarte;
cumpliré mi dedicación.

Dios glorioso, Rey Supremo,
te amo con todo mi corazón.



En el siguiente enlace se puede descargar el archivo en mp3, El libro de canticos aqui



domingo, 4 de agosto de 2013

La dignidad es el verdadero yo, una nueva personalidad

"Acuérdate de que la dignidad es el verdadero yo del Hombre. No puede ser vendida por oro y no puede acumulada como las riquezas del mundo actual. El rico ha rechazado su dignidad y se ha aferrado a su oro. Y los Jovenes de hoy día han abandonado la dignidad a fin de satisfacer sus apetitos y sus placeres."

Gibran Jalil Gibran

"Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría. Por causa de esas cosas viene la ira de Dios. En esas mismísimas cosas ustedes, también, anduvieron en un tiempo cuando vivían en ellas. Pero ahora realmente deséchenlas todas de ustedes: ira, cólera, maldad, habla injuriosa y habla obscena de su boca. No estén mintiéndose unos a otros. Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva [personalidad], que mediante conocimiento exacto va haciéndose nueva según la imagen de Aquel que la ha creado."
(Colosenses 3: 5 al 10)


Cómo tener éxito en tu camino (El punto de vista biblico)

ÉXITO. ¡Qué palabra tan atractiva! Quienes lo identifican con el progreso en el mundo laboral se esfuerzan por ir ascendiendo en su empresa hasta hacerse ricos e importantes. Claro, aunque ese es el sueño de muchos, la mayoría no consigue hacerlo realidad.

En buena medida, el verdadero éxito depende de tres claves: elegir bien el principal objetivo en la vida, usar sabiamente el tiempo y energías, y demostrar iniciativa.

Muchos cristianos han comprobado por sí mismos la gran satisfacción que produce participar activamente en el ministerio. En efecto, jóvenes y mayores logran encontrar el éxito dedicándose al servicio de tiempo completo. No obstante, hay quienes piensan que la obra del Reino es un tanto aburrida y optan por relegarla a un segundo plano y centrarse en otras metas. ¿A qué pudiera deberse esta actitud? Joven, ¿qué puedes hacer tú para no perder de vista lo que realmente vale la pena? Sí, ¿qué te permitirá tener “éxito en tu camino”? (Jos. 1:8.)

Las actividades después de clase

Los jóvenes cristianos no deben dejar que ninguna actividad los lleve a descuidar el servicio a Dios. ¿Has encontrado tú ese equilibrio? Si así es, te felicitamos: vas camino del éxito.
Algunos, sin embargo, se entregan con pasión a actividades que tienen lugar fuera de horas de clase, sea en su centro educativo o en algún otro lugar. Aunque lo que hagan no sea necesariamente malo, deberían preguntarse: “¿Cuánto tiempo me consume? ¿A qué compañías, ambientes y actitudes me expone? ¿Podría convertirse en el centro de mi vida?”. Uno puede obsesionarse tanto con una afición que no le queden apenas tiempo ni energías para Dios. Sin duda, es muy importante tener claras las prioridades (Efe. 5:15-17).

Jehová aconsejó a Baruc que huyera de la ambición
¿Deberías ir a la universidad?

La Biblia deja claro que el cristiano tiene la obligación de mantener y cuidar a su familia (1 Tim. 5:8). Ahora bien, ¿es imprescindible que curses estudios universitarios para cumplir con ese deber?
Algo que deberías examinar es el efecto que pudiera tener la universidad en tu relación con Jehová.

Y hay un ejemplo bíblico que puede ayudarte a hacer este análisis.
Baruc tenía una honrosa comisión en el servicio de Jehová: ser el secretario del profeta Jeremías. Sin embargo, en cierto momento dejó de valorarla como debía y se volvió ambicioso. Jehová observó su actitud, y por ello le advirtió a través de Jeremías: “Tú sigues buscando cosas grandes para ti. No sigas buscando” (Jer. 45:5).

¿Qué “cosas grandes” andaba buscando? Tal vez quería gozar de prestigio en el mundo judío. O quizás deseaba una mejor posición económica. Sea como fuere, se le había olvidado cuáles son los valores más importantes en la vida: las cosas espirituales (Fili. 1:10). No obstante, hizo caso de la advertencia divina y, como recompensa, sobrevivió a la destrucción de Jerusalén (Jer. 43:6).

¿Qué lección extraemos del consejo que Jehová le dio? Recordemos que el error de Baruc fue buscar para sí mismo cosas grandes. Por eso, sería bueno que te preguntaras: “Si tengo la preparación necesaria para mantenerme, ¿de verdad me hace falta invertir tiempo, dinero y esfuerzo en la educación superior? ¿Estaría justificado que lo hiciera tan solo por lograr mis aspiraciones o las de mis padres u otros parientes?”.

Entregados al trabajo

La Palabra de Dios anima a empleados y patrones a ser industriosos y responsables. De hecho, el apóstol Pablo escribió: “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres” (Col. 3:22, 23). Sin embargo, aunque es necesario ser laboriosos, es mucho más importante mantener una buena relación con nuestro Creador (Ecl. 12:13). Si nos volcamos en el trabajo, el servicio a Dios puede quedar fácilmente en segundo término.

Además, nos arriesgamos a quedarnos sin energías para cumplir con nuestras responsabilidades en la congregación y en el hogar. Recuerda que el rey Salomón recomendó que evitáramos el extremismo cuando indicó que realizar el “doble de duro trabajo” es tan absurdo como correr “tras el viento”.

El cristiano que pierde de este modo el equilibrio suele verse sometido a una tensión nerviosa constante. De hecho, pudiera convertirse en esclavo del trabajo y terminar completamente agotado tanto física como emocionalmente. En tales circunstancias, es imposible que llegue a “regocijarse [...] y vea el bien por todo su duro trabajo” (Ecl. 3:12, 13; 4:6). Lo que es peor, le faltarán las fuerzas y el ánimo necesarios para atender sus deberes familiares y espirituales.

Tu vida puede ser un éxito


Ya hemos visto tres tipos de problemas que pueden enredarnos y perjudicar nuestra espiritualidad. ¿Has notado que alguno de ellos te esté afectando? Si así es, te animamos a examinar los siguientes pasajes bíblicos, preguntas y comentarios, pues te ayudarán a determinar si vas camino del verdadero éxito.
Las actividades después de clase. ¿Estás inmerso en ellas? ¿Les dedicas el tiempo que antes reservabas a las labores espirituales? ¿Ya no te atrae tanto estar con los hermanos? En tal caso, harías bien en imitar al rey David, quien oró a Jehová: “Dame a conocer el camino en que debo andar” (Sal. 143:8).

¿Por qué no les dices a los superintendentes de tu congregación que estás dispuesto a servir a los hermanos en lo que haga falta? ¿Podrías brindar tu apoyo a los mayores que necesiten compañía o algún tipo de ayuda, sea con las compras o con las tareas del hogar? Además, siempre puedes aprovechar tu juventud para participar en el ministerio de tiempo completo y así llevar a la gente el mensaje que da alegría a tu vida.

La universidad
. Jesús señaló que quien “busca su propia gloria” comete un error (Juan 7:18). Antes de decidir si debes seguir estudiando, recuerda que Dios espera que sus siervos “se aseguren de las cosas más importantes” (Fili. 1:9, 10). ¿Lo has hecho tú?

El trabajo. ¿Estás demasiado inmerso en tu empleo? ¿Ha afectado la comunicación con tu familia? ¿Te permite centrarte en los asuntos espirituales? Por ejemplo, ¿estás esforzándote por mejorar tus presentaciones en el Salón del Reino? ¿Son tus conversaciones edificantes? No olvides nunca este consejo bíblico: “Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos”. Si lo pones en práctica, recibirás muchas bendiciones de Jehová y verás “el bien a causa de [tu] duro trabajo” (Ecl. 2:24; 12:13).

Joven, detente un momento a hacer una evaluación sincera de tus motivos y prioridades. Recuerda cuál es el único camino que conduce al verdadero éxito. Ciertamente, servir a Jehová debe ser siempre para ti lo más importante en la vida.

Quizás debas efectuar algunos cambios e incluso olvidarte de algunas cosas innecesarias. Pero así podrás ver cuántas bendiciones se obtienen al hacer “la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios” (Rom. 12:2). No hay duda: si sirves a Jehová con toda el alma, tendrás “éxito en tu camino”.

Con tanto que hacer, ¿cómo puedes evitar que se vean afectadas las cosas que realmente valen la pena? Deteniéndote un momento para reflexionar sobre tus motivos y prioridades. Tal vez encuentres útiles las siguientes preguntas:


LAS ACTIVIDADES DESPUÉS DE CLASE

  • ¿A qué actitudes me exponen?
  • ¿Cuánto tiempo exigen de mí?
  • ¿Se están convirtiendo en el centro de mi vida?
  • ¿Me consumen el tiempo que antes dedicaba a las actividades espirituales?
  • ¿Me exponen a malas compañías?
  • ¿Me atraen más las amistades del mundo, o las de la congregación?

LA UNIVERSIDAD


  • Si tengo la preparación necesaria para mantenerme, ¿de verdad me hace falta invertir tiempo, dinero y esfuerzo en la educación superior?
  • ¿Necesito realmente un título universitario para ganarme la vida?
  • ¿Qué efecto tendría la universidad en mi asistencia a las reuniones?
  • ¿Me he “[asegurado] de las cosas más importantes”?
  • ¿Debería fortalecer mi confianza en que Jehová nunca nos deja sin ayuda?

EL TRABAJO

  • ¿Permite mi empleo que me regocije y “vea el bien por todo [mi] duro trabajo”?
  • ¿Me deja tan agotado física y emocionalmente que me cuesta cumplir con mis deberes familiares y espirituales?
  • ¿Le dedico tanto tiempo que apenas me comunico con mi familia?
  • ¿Me enredo tanto en el trabajo que descuido mi espiritualidad?
  • ¿Se ha visto afectada la calidad de mis presentaciones en el Salón del Reino?

Articulo de la revista La Atalaya del 15 de Junio de 2011. Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.