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viernes, 31 de enero de 2014

¿Por qué decir “No” a las drogas?

Los jóvenes preguntan

“SOY una persona emotiva —dice Mike, joven de 24 años de edad—. A veces otros jóvenes de mi propia edad me infunden temor, y hasta me siento intimidado por ellos. Sufro de depresión e inseguridad, y a veces hasta he pensado en suicidarme.”

Ann tiene 36 años de edad. Ella, también, se describe como “una niña en sentido emocional”, que tiene “poco amor propio”. Añade: “Se me hace muy difícil llevar una vida normal”.

¿Por qué sufren de estas dificultades emocionales estas dos personas que en otros sentidos son saludables? Mike y Ann están segando las consecuencias de una decisión que tomaron cuando eran muy jóvenes... el usar drogas. (Gálatas 6:7.)

Se sabe que hoy día hay muchos jóvenes que usan drogas. De modo que es probable que tarde o temprano te ofrezcan drogas. El deseo de que los de tu edad te acepten puede ser muy fuerte, y esta necesidad de ser aceptado puede ejercer fuerte presión sobre ti. ¿Qué harás? ¿Tendrás la confianza y la fortaleza de decir “No” a las drogas? ¿Por qué deberías rehusarlas?

Antes de contestar estas preguntas, es provechoso que primero consideremos algunos hechos acerca de ti y el proceso de desarrollo que lleva a la madurez emocional.

¿Cómo puedes “crecer” emocionalmente?


Como joven, estás en un período de crecimiento rápido, lo cual incluye el desarrollo sexual. Pero estás experimentando más que crecimiento físico. También estás creciendo en sentido emocional. ¿Qué significa eso?

Pues, estás expuesto continuamente a nuevas experiencias y desafíos que pueden causar tensión, o resultar en beneficios. Pero todas estas experiencias son esenciales para que crezcas emocionalmente. ¿En qué sentido? Tiene que ver con el que desarrolles la habilidad de saber cómo encararte a diferentes situaciones, o sea, la habilidad para enfrentarte a los desafíos de la vida, saber cómo reaccionar ante el éxito y ante el fracaso.

Esto es lo que encierra el crecer emocionalmente. Los jóvenes que tratan de evadir los problemas recurriendo a las drogas pueden en realidad obstaculizar su desarrollo emocional. Después hablaremos más sobre este asunto.

Pero ¿por qué llamar habilidad a la capacidad de saber cómo encararte a las diferentes situaciones de la vida? Porque esto es algo que tienes que aprender a hacer o practicar si quieres llegar a tenerla. Para ilustrarlo: ¿Te has quedado maravillado alguna vez al ver a un futbolista hábil? Sin embargo, ¿cómo desarrolló tal habilidad ese jugador? Mediante años de práctica. Aprendió a patear el balón, a correr con él, hasta que se hizo diestro en el juego.

El desarrollar la habilidad para hacer frente a las diferentes situaciones de la vida es muy parecido a eso. ¡Requiere práctica! ¿Y cómo puedes hacer esto? La Biblia nos da una pista en Romanos 5:3: “Alborocémonos mientras estamos en tribulaciones, puesto que sabemos que la tribulación produce aguante”. El aguante es la cualidad de permanecer firme bajo presión o dificultades sin darse por vencido.

Y puedes notar que es por medio de hacer frente a la “tribulación”, o a las circunstancias penosas, que puedes desarrollar la cualidad del aguante. El aguante que desarrolles durante la “tribulación” actual te dejará mejor equipado para hacer frente a futuras dificultades. Por lo tanto, la “tribulación” podría llegar a ser una experiencia positiva que produzca resultados excelentes. (Compara esto con Santiago 1:2-4.)

¿Cómo puedes poner en práctica en tu vida este principio? Por medio de encararte a los problemas o a las dificultades que experimentes ahora como joven y tratar de superarlos. Por ejemplo: ¿No tienes confianza en ti mismo? ¿Eres una persona tímida o solitaria? ¿O quizás te preocupe tu apariencia física? ¿Tienes problemas en tu vida de familia o en la escuela? La severidad de los problemas varía de un joven a otro, desde los problemas “cotidianos” de poca importancia hasta los que son muy perturbadores y que pueden provocar pensamientos de suicidio.

Pero prescindiendo de cuáles sean los problemas específicos que tú tengas, ¡para crecer emocionalmente tienes que hacerles frente y tratar con ellos ahora!
‘Pero ¿qué relación tiene todo esto con el decir “No” a las drogas?’, tal vez preguntes. Considera lo siguiente.

Las drogas estorban el desarrollo

Ann, que usaba drogas como medio de escape, dice: “Por 14 años no hice frente a mis problemas. —Admite:— En sentido emocional, soy una niña.” Mike expresó una idea parecida al decir: “Yo usaba drogas desde los 11 años de edad. Cuando dejé de usarlas, a la edad de 22 años, me sentía como un niño. Me aferraba a los demás, tratando de hallar seguridad. Me di cuenta de que mi desarrollo emocional se detuvo cuando empecé a usar drogas”.

Mike, Ann y un sinnúmero de personas como ellos sintieron, poco después que comenzaron a experimentar con drogas, que aquellas sustancias les ayudaban a hacer frente a las inquietudes de la vida. Pero la realidad era que mientras más dependían de las drogas, menos podían encararse a los problemas. ¿Cuáles fueron los resultados? No pudieron desarrollar las habilidades que un adulto maduro necesita para hacer frente a las diferentes situaciones de la vida.

Fundamentalmente, su desarrollo emocional se detuvo o se hizo más lento cuando empezaron a usar drogas.

El doctor Sidney Cohen, ex director de la División de Toxicomanía y Abuso de Drogas explica lo siguiente: “El problema con el usuario de drogas joven, que podría estar en un estado ‘delirante’ durante las horas que está despierto, es que aunque aprenda algo, no dispone de tiempo para practicarlo. Su día consiste en utilizar drogas después del desayuno, durante el receso de las 10 de la mañana, a la hora del almuerzo, y así sucesivamente. Debido a esto, casi no dispone de tiempo para practicar lo que ha aprendido o repasarlo”.

¿Qué sucede cuando un joven de 13 años de edad, debido a usar drogas, deja de practicar las habilidades que necesita para encararse a los problemas? “Yo malgasté todos esos años de desarrollo —contesta Frank, quien había usado drogas desde que tenía 13 años de edad—. Cuando dejé de usarlas, comprendí claramente que de ningún modo estaba preparado para enfrentarme a la vida. De nuevo tenía 13 años de edad y tenía que encararme a los mismos trastornos emocionales a los que se enfrentan los demás adolescentes.”

Aprendemos por experiencia

El que experimentes diferentes situaciones durante la adolescencia, buenas y malas, te ayudará a prepararte para la vida y todos sus desafíos. “Aprendemos mucho por experiencia —explicó al corresponsal de ¡Despertad! un consejero de rehabilitación—. A medida que adquirimos experiencia en la vida, nuestra mente hace un registro permanente, uno que podemos consultar cuando nos enfrentemos a algún problema.

Como joven, tu proceso de aprendizaje es similar. El consejero mencionado antes pasa a decir: “Si el joven adquiere experiencia en la vida mientras abusa de las drogas, grabara en la mente información incorrecta o inexacta. Entonces cuando se encare a problemas, su mente hará un análisis basado en información incorrecta y se le hará más difícil resolver ciertos problemas de la vida”.

De modo que, como joven, tienes que experimentar diferentes situaciones en la vida con todos sus altibajos: sus éxitos y sus fracasos. Es cierto que el alcanzar la madurez no es fácil. Pero si usas drogas para evadir los dolores del crecimiento, puedes limitar seriamente las posibilidades de llegar a ser un adulto responsable y maduro.

Con relación a esto, aprende una lección de Jesucristo mismo. Cuando estaba fijado al madero de ejecución, algunos le ofrecieron “vino mezclado con mirra” para aliviar su dolor. ¿Qué hizo él? “Rehusó tomarlo”, contesta la Biblia (Marcos 15:23). Por eso, ¿qué deberías hacer cuando otros te insten a probar drogas? “¡No las aceptes! —insta Mike—. No uses drogas. ¡Sufrirás las consecuencias el resto de tu vida!”

Artículo publicado en la revista ¡Despertad! del 08 de Marzo de 1985. Lea los libros:

Lo que los jóvenes preguntan