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sábado, 22 de febrero de 2014

Fortalecidos con poder más allá del normal (Segunda parte)

Los siervos de Jehová han adquirido una conciencia guiada por la Biblia, para que oigan Sus recordatorios y les presten atención mientras los ponen en práctica en su vida cotidiana (Salmo 25:10). Se les ha advertido contra las prácticas inmundas y sucias que Dios odia. Las cosas egoístas, inmorales y solapadas que algunos de ellos habían hecho en el pasado ya han quedado tras ellos, pues las han repudiado por completo (1 Pedro 4:3).

Esto tiene que ser así en el caso de todos los que quieran continuar participando de algún modo en las bendiciones del Reino. Todos tienen que estar limpios mental, moral y físicamente para disfrutar del privilegio de ofrecer a Jehová los sacrificios de la alabanza, “una ofrenda de dádiva en justicia” (Malaquías 3:3; Isaías 52:11). ¡Qué maravilloso sentido de seguridad experimentan todos los Testigos leales mientras se asocian con multitudes que están verdaderamente unidos en el feliz servicio al Creador!

Educación divina

 

Isaías 32:4 pasa a decir: “Y el corazón mismo de los que son demasiado apresurados considerará conocimiento, y hasta la lengua de los tartamudos será rápida en hablar cosas claras”. La educación divina ha enseñado a los siervos de Dios a no hacer promesas que no tengan la intención de cumplir, y a no hablar de modo calumnioso o hiriente acerca de alguien. Ciertamente la bendición de Dios está sobre los que prestan atención a este consejo, registrado en Eclesiastés 5:2: “No te des prisa respecto a tu boca; y en cuanto a tu corazón, no se apresure a producir una palabra ante el Dios verdadero. Porque el Dios verdadero está en los cielos pero tú estás en la tierra. Es por eso que deben resultar pocas tus palabras”.

Tan importante es que nunca levantemos la voz para criticar amargamente a la organización del Señor o a sus representantes nombrados. Jehová es el Juez omnisciente ante quien hay que rendir cuentas por esos dichos ociosos, y otros. (Mateo 12:36, 37; Levítico 19:16; Judas 8.)

Entre los que desprecian la enseñanza de Jehová hay individuos que critican a la organización limpia de Jehová y sus reglas que mantienen la paz y el buen orden, y se quejan de ello. Poca diferencia separa a tales individuos de los que son categóricamente rebeldes. Coré y sus apoyadores descubrieron eso para su ruina completa cuando osaron apresurarse a hablar contra Moisés, siervo de Dios (Números 16:1-40). Sobre este mismo asunto, Proverbios 29:20 declara: “¿Has contemplado a un hombre que es apresurado con sus palabras? Hay más esperanza para alguien estúpido que para él”.

Jehová también ha bendecido a su pueblo al darle sabiduría para discernir entre lo que es bueno y lo que es malo.
Los de este pueblo están en guardia contra cualquiera que venga a ellos con palabras dulces y habla amable, y tal vez hasta con regalos, con el fin de seducir el corazón de los incautos. (Compare con 1 Timoteo 6:20, 21; Judas 16.) Puede que haya personas religiosas que traten de llevarles buenas nuevas diferentes de las que ellos ya han recibido de Jesucristo y sus apóstoles. Además, a ningún individuo insensato y sin principios se le nombra como siervo en la organización de Jehová.
Esto está en armonía con estas palabras: “Al insensato ya no se le llamará generoso; y en cuanto al hombre sin principios, no se dirá de él que es noble; porque el insensato mismo hablará pura insensatez, y su corazón mismo se ocupará en lo que es perjudicial, para ocuparse en apostasía y para hablar contra Jehová lo que es descarriado [“locura”, Delitzsch], para hacer que el alma del hambriento lo pase vacía, y hace que aun el sediento lo pase sin bebida misma”. (Isaías 32:5, 6.)

Quienes han salido en el transcurso de los años porque “no eran de nuestra clase”, y que tratan de inducir a otros que sigan el mismo derrotero que pone en peligro la vida, se han cortado de la fuente de alimento espiritual sólido y de refrescantes aguas espirituales (1 Juan 2:19). Lejos de ser generosos y dadivosos hacia los de la humanidad que están hambrientos y sedientos de justicia, no ven ninguna necesidad urgente de que se lleve a cabo en nuestro tiempo una obra de predicar organizada. 


Su pensar es que cada uno debería guiarse por su lectura e interpretación particular de la Biblia en vez de formar parte de una unidad de personas adiestradas en vivir y obrar de acuerdo con los elevados principios y recordatorios de la Palabra de Dios (Salmo 133:1-3; 1 Corintios 1:10). Quisieran extraviar a otros para que crean que Jehová seguirá perdonando indefinidamente a los pecadores mientras éstos hagan un despliegue externo de arrepentimiento.

Es interesante notar lo que dice Isaías 32:7 sobre los apóstatas del Israel de la antigüedad: “En cuanto al hombre sin principios, sus instrumentos son malos; él mismo ha dado consejo para actos de conducta relajada, para perder a los afligidos con dichos falsos, aun cuando alguien pobre habla lo que es recto”.

Los seguidores genuinos de Jesús, a quienes él ha escogido porque están conscientes de su necesidad espiritual, ciertamente ‘hablan lo que es recto’. Pero los opositores insensatos no están interesados en el verdadero bienestar de los que buscan la verdad. Están resueltos a arrastrar discípulos tras sí, prescindiendo del peligro en que se ponen y ponen a otros. 



Porción del artículo de la revista "La Atalaya" del 15 de mayo de 1984. Para ampliar su estudio vea el libro: "Guía de estudio para los testigos de Jehová 2014"