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miércoles, 14 de agosto de 2013

Cántico 29: Andaré en mi integridad (Basado en el Salmo 26)

Oh Dios mío, en ti he cifrado mi confianza; oh, no sea yo avergonzado. No se alborocen mis enemigos sobre mí.
(Salmo 25:2)



Jehová, mi Dios, te ruego júzgame.
En ti confío yo, bien sabes que soy fiel.
Observa tú mi mente y corazón;
delante de ti están, refínalos, Señor.

Mi integridad yo mantendré, Jehová;
por la eternidad a ti seré leal.

Mi amistad al falso nunca di,
al hombre desleal yo siempre aborrecí.
La vida no me vayas a quitar
igual que al pecador que ama la maldad.

Mi integridad yo mantendré, Jehová;
por la eternidad a ti seré leal.

Tu casa es lo que más quiero yo,
a ella correré buscando tu favor.
Y marcharé en torno de tu altar;
agradecido a ti, mi voz te cantará.

Mi integridad yo mantendré, Jehová;
por la eternidad a ti seré leal.


En el siguiente enlace se puede descargar el archivo en mp3, que es parte de Cantemos a Jehová (coro y orquesta) disco 4, El libro de canticos aqui


¿Comó hacer las paces? (El punto de vista bíblico)

REFIRIÉNDOSE a los seres humanos, la Biblia declara: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Es de esperar que entre los más de siete mil millones de personas imperfectas del planeta surjan choques. Ahora bien, ¿cómo podemos hacer las paces cuando llegamos a tener problemas con alguien?

La Biblia, un libro con consejos muy prácticos, afirma que nuestro Creador, cuyo nombre es Jehová, es “el Dios de la paz” (Hebreos 13:20; Salmo 83:18). Él desea que sus criaturas terrestres disfruten de relaciones pacíficas, e incluso nos ha puesto el ejemplo. Al pecar, Adán y Eva arruinaron la relación de la humanidad con Dios. No obstante, Jehová tomó de inmediato las medidas necesarias para reconciliarse con su creación humana (2 Corintios 5:19). A continuación veremos tres consejos que nos da la Biblia para reconciliarnos con los demás.

Perdonar sin reservas

¿Qué dice la Biblia? “Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes.” (Colosenses 3:13.)

¿Cuál es la dificultad? Quizás usted tenga una verdadera “causa de queja” y crea que la relación con el ofensor merece terminar. O tal vez piense que este debe pedirle perdón primero. Pero ¿y si dicha persona no sabe que lo ha ofendido o considera que usted es quien lo ha lastimado? En ese caso, el problema quedará sin resolver.

¿Qué hacer? Siga el consejo bíblico de perdonar sin reservas, en especial si la falta no fue grave. A fin de cuentas, si Dios llevara un registro de nuestros errores, ¿quién podría dar la cara ante él? (Salmo 130:3.) La Biblia dice que “Jehová es misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa. Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo” (Salmo 103:8, 14).

Fíjese también en este proverbio bíblico: “La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión” (Proverbios 19:11). La persona perspicaz ve más allá de las apariencias, es capaz de discernir la razón por la que alguien dice o hace algo poco amable. Pregúntese: “¿Por qué me trataría así? ¿Estaría bajo presión, o quizá tenía cansancio o algún malestar?”. Identificar los verdaderos sentimientos y motivos, así como las circunstancias del ofensor, podría templar su indignación y ayudarle a pasar por alto las faltas.

Hablar con el ofensor

¿Qué dice la Biblia? “Si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano.” (Mateo 18:15.)

¿Cuál es la dificultad? Las emociones negativas —como el temor, la ira y la vergüenza— pudieran impedirle que aborde al implicado para resolver la situación. Además, es posible que usted se sienta tentado a buscar apoyo contando a otros lo sucedido, lo cual probablemente avivará y agrandará el problema.

¿Qué hacer? Si la ofensa es grave y usted cree que es imposible pasarla por alto, hable con el implicado. Al tratar el asunto, procure hacerlo de la siguiente manera:

1) Lo más pronto posible. No deje las cosas para después. De otra forma, el problema podría agravarse. Ponga en práctica el siguiente consejo de Jesús: “Si estás llevando tu dádiva al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu dádiva allí enfrente del altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva” (Mateo 5:23, 24).

2) En privado. Resista la tentación de contar a los demás lo que ocurrió. Proverbios 25:9 aconseja: “Defiende tu propia causa con tu semejante, y no reveles el habla confidencial de otro”.

3) Calmadamente. Reprima la tendencia a analizar quién tiene la razón. Su objetivo es hacer las paces, no ganar la pelea. En vez de usar la palabra tú, procure hablar en primera persona. Por ejemplo, decir: “Me siento mal porque...” puede dar mejores resultados que decir: “¡Tú me hiciste sentir mal!”. La Biblia declara: “Sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificación mutua” (Romanos 14:19).

Ejerza gran paciencia

¿Qué dice la Biblia? “No devuelvan mal por mal a nadie. [...] ‘Si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber’.” (Romanos 12:17, 20.)

¿Cuál es la dificultad? Si en el primer intento no consigue hacer las paces, probablemente usted se desanime y quiera tirar la toalla.

¿Qué hacer? Sea paciente. El temperamento y el nivel de madurez varían en cada caso. A algunos quizá les toma tiempo calmarse, y otros todavía están aprendiendo a desplegar cualidades cristianas. Siga mostrando amor y bondad. La Biblia hace esta exhortación: “No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien” (Romanos 12:21).

Se necesita humildad, perspicacia, paciencia y amor para hacer las paces. Pero disfrutar de relaciones pacíficas bien vale la pena.

¿ME LO HE PREGUNTADO?

● ¿Qué nos motivará a perdonar sin reservas? "Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes." (Colosenses 3:13.)




Nota personal: Al recordar las ofensas que hemos cometido contra Jehová y meditar en como nos perdono liberalmente, nos ayudara a olvidar las ofensas, no solo decir: ¡Te he perdonado, pero no puedo olvidar lo que hiciste! Jehová como supremo juez esta en el derecho de destruir a aquellos que no se arrepienten de corazón y tambien a aquellos que son duros de corazón para con sus hermanos. ”Dejen de juzgar, para que no sean juzgados; porque con el juicio con que ustedes juzgan, serán juzgados; y con la medida con que miden, se les medirá. Entonces, ¿por qué miras la paja [que hay] en el ojo de tu hermano, pero no tomas en cuenta la viga [que hay] en tu propio ojo? O, ¿cómo puedes decir a tu hermano: ‘Permíteme extraer la paja de tu ojo’; cuando ¡mira!, hay una viga en tu propio ojo? (Mateo 7: 1 al 4)

● ¿Qué principio nos ayudará a resolver nuestras diferencias con los demás? 
"Por eso, si estás llevando tu dádiva al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu dádiva allí enfrente del altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva." (Mateo 5:23, 24)

Nota personal: De ningun modo el servicio a Jehová cubre el odio o el resentimiento. De ahí la importancia de hacer las paces. Un servicio que se hace para ocultar pecados como el homicidio es repugnante para Jehová, pues odiar a nuestros hermanos es homicidio: 

”Oyeron que se dijo a los de la antigüedad: ‘No debes asesinar; pero quienquiera que cometa un asesinato será responsable al tribunal de justicia’. Sin embargo, yo les digo que todo el que continúe airado con su hermano será responsable al tribunal de justicia; pero quienquiera que se dirija a su hermano con una palabra execrable de desdén será responsable al Tribunal Supremo; mientras que quienquiera que diga: ‘¡Despreciable necio!’, estará expuesto al Gehena de fuego." (Mateo 5: 21 y 22)

Este principio nos ayuda a entender las palabras que Jesucristo dijo a los Fariseos que se creian justos ante sus propios ojos. Pero no ante los ojos de Jehová.

  
"Jesús les dijo: “Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían a mí, porque de Dios vine yo y estoy aquí. Tampoco he venido por mi propia iniciativa, no, sino que Aquel me ha enviado. ¿Por qué no saben ustedes lo que hablo? Porque no pueden escuchar mi palabra. Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de [la mentira]." (Juan 8:42 a 44). 






● ¿Qué podemos hacer si no conseguimos reconciliarnos tras haberlo intentado? "No devuelvan mal por mal a nadie. Provean cosas excelentes a vista de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres. No se venguen, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: “Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová”. Pero, “si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza”. No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien."

Nota personal: El punto de vista humano es pagar de acuerdo a lo que recibimos. ¡Que diferente es seguir el proceder de Jehová! Aunque la humanidad le dio la espalda en el jardin de Eden, El busco reconciliarse con el genero humano. Su hijo no llamo a las huestes celestiales para que lo defendieran. Incluso pidio que aquellos que lo estaban asesinando fueran perdonados: ¡Padre, perdonalos, no saben lo que hacen!. Por eso en cada oportunidad que tengamos de ayudar a aquellos que nos ofenden, existe la posibilidad de ablandar el rostro de esa persona. Pero al final las cosas quedan entre esa persona y Jehová. Y estaremos cifrando nuestra confianza en Jehová y no en nuestros propios medios.








“La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión.” (PROVERBIOS 19:11)

Articulo de la revista ¡Despertad! de Marzo de 2012. Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.