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jueves, 27 de febrero de 2014

Deuteronomio nos exhorta a servir a Jehová con gozo sincero (Tercera parte)

El tercer discurso de Moisés comienza con las instrucciones de escribir en grandes piedras la Ley. Desde el monte Gerizim se han de pronunciar bendiciones; y desde el monte Ebal, invocaciones de mal. Se contrastan las bendiciones por obedecer los mandamientos de Dios con las maldiciones que habrían de esperarse por la desobediencia. (Deuteronomio 27:1–28:68.)

Con relación al cuarto discurso de Moisés, se renueva el pacto entre Jehová y los israelitas. Moisés relata cómo los cuidó Dios en el desierto. Se da advertencia contra la desobediencia y se da énfasis a la misericordia de Jehová. Finalmente se da a escoger al pueblo entre la vida y la muerte. El pueblo de Israel puede ‘mantenerse vivo si ama a Jehová, escucha su voz y se adhiere a él’. (Deuteronomio 29:1–30:20.)

Moisés insta a los israelitas a ser valerosos cuando entren en la Tierra Prometida, pues Jehová está marchando con ellos.
Al nombramiento de Josué como líder le sigue una profecía con relación a la rebeldía de Israel. Después, en un cántico, Moisés ensalza a Jehová, predice ayes debido a la infidelidad de Israel, pero termina con una promesa de venganza divina, aunada a la llamada: “Alégrense, oh naciones, con su pueblo”. Moisés confiere unas bendiciones finales, después de lo cual el profeta, de 120 años de edad, ve la Tierra Prometida, muere y es sepultado por Jehová en una tumba sin señal identificadora. (Deuteronomio 31:1–34:12.)


Discursos finales, cántico y bendición

32:39—¿Cómo puede ser que no haya dioses junto con Jehová, si Juan 1:1 dice que ‘la Palabra estaba con Dios y era un dios’?
Estos textos tienen que ver con asuntos diferentes. Lo que se quiere mostrar en Deuteronomio 32:39 es que los dioses falsos no tienen participación alguna con el Dios verdadero, Jehová, en Sus actos de salvación. No pueden librar del desastre a sus adoradores, y tales dioses no estuvieron con Jehová en nada de lo que éste hizo.
 
Aunque la “Palabra” es un dios o alguien poderoso, no está en oposición a Jehová ni actúa como su rival, como era el caso con los dioses falsos. (Deuteronomio 32:12, 37, 38.)


33:1-29—¿Por qué no se menciona a Simeón en esta bendición?


Simeón y Leví habían cooperado en un acto de crueldad, y aunque habían recibido porciones en Israel, éstas no fueron como las de las demás tribus. A los levitas se les dieron 48 ciudades por todo el país, mientras que la parte de Simeón estaba dentro del territorio de Judá (Génesis 34:13-31; 49:5-7; Josué 19:9; 21:41, 42).

De modo que cuando Moisés dirigió su atención a la tribu de Judá, sabía bien que la porción de Simeón estaba junto con la de ella. Además, la tribu de Simeón vino a estar bajo la bendición general: “¡Feliz eres tú, oh Israel! ¿Quién hay como tú, pueblo que goza de salvación en Jehová?”. (Deuteronomio 33:29.)

Ayuda duradera para los siervos fieles

Deuteronomio es de beneficio duradero para los siervos de Jehová, y podemos obtener de él instrucción valiosa. Por ejemplo, durante la invasión de Canaán, Josué siguió incondicionalmente el consejo que ahora se registra en este libro. De igual manera, nosotros debemos aceptar de buena gana la guía divina (Deuteronomio 20:15-18; 21:23; Josué 8:24-29).

Jesucristo citó de Deuteronomio al resistir con éxito a Satanás. Como Jesús, nosotros reconocemos que el hombre debe vivir de las declaraciones de Jehová, que no debemos poner a Dios a prueba y que tenemos que rendirle servicio sagrado solamente a él. (Mateo 4:1-11; Deuteronomio 5:9; 6:13, 16; 8:3.)

Este libro identifica a Jehová como un Dios que exige devoción exclusiva (Deuteronomio 4:24; 6:15)
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También declara: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma y toda tu fuerza vital” (Deuteronomio 6:5). En esencia, pues, Deuteronomio nos exhorta a servir a Jehová fielmente. Por lo tanto, rindamos servicio sagrado a Él con gozo sincero.



Artículo publicado en la revista "La Atalaya" del 15 de Julio de 1984. Para complementar, lea el tema: "Moisés Un hombre digno de imitar". También disponible en audio libro. Ambos producidos y distribuidos por los testigos de Jehová.