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viernes, 4 de julio de 2014

Escondidos en el día de la cólera de Jehová (Primera parte)


“Busquen a Jehová, . . . Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová.”—Sof. 2:3.

‘ESCONDIDO de Jehová’... ésa es la idea tras el nombre de Sofonías el profeta de Dios, un nombre que significa “Jehová ha ocultado.” ¿Desea usted estar entre los escondidos de Jehová? Debería desearlo, pues el mundo de hoy se está hundiendo cada vez más profundamente en la angustia y la desesperanza. El Dios justo, Jehová, no permitirá que tales condiciones continúen por mucho más tiempo. Se acerca Su día de Armagedón. A todos nosotros debería interesarnos profundamente la profecía de Sofonías, pues nos dice mucho en cuanto a aquel día decisivo. Nos muestra cómo podemos hallar el lugar de refugio, a fin de estar entre los ‘escondidos de Jehová.’

Sofonías profetizó durante la primera parte del reinado del rey Josías de Judá, período que empezó en 659 a. de la E.C., es decir, unos 50 años antes de que Jehová desolara a Judá y Jerusalén. Debido a lo breve que es la profecía de Sofonías, frecuentemente se dice que él fue uno de los “profetas menores,” pero la repercusión de su profecía no tiene nada de menor.

En el tiempo de Sofonías, esta profecía contenía un mensaje divino que no podía ser pasado por alto. Igualmente, esta profecía se mira hacia nuestro siglo veinte con una advertencia dinámica a la cual tienen que prestar atención todas las personas que esperan hallar seguridad durante el inminente día de la cólera ardiente de Jehová. Es parte de la poderosa “palabra profética” de Jehová que el apóstol Pedro compara a “una lámpara que resplandece en un lugar oscuro.”—2 Pedro 1:19; vea también Romanos 15:4.

Parece que Sofonías fue el bisnieto del fiel rey Ezequías. Siendo profeta que tenía conexión con la realeza, él ciertamente tendría que ser valeroso al proclamar los juicios ardientes de Jehová contra los príncipes de Judá. (Sofonías 1:1, 8) Su profetizar evidentemente produjo resultados beneficiosos en los días del joven rey Josías, quien eliminó del país la religión falsa y llegó a ser conocido por “actos de bondad amorosa, conforme a lo que está escrito en la ley de Jehová.” (2 Crónicas 34:3, 14, 19, 33; 35:26)

Por consiguiente, Jehová detuvo temporalmente la ejecución de Su juicio. No obstante, el proceder de justicia de Josías no removió la iniquidad en la cual se había sumido su pueblo, ni expió los pecados de su abuelo, Manasés, quien había ‘llenado a Jerusalén de sangre inocente.’ (2 Reyes 24:3, 4) ¡El día de rendir cuentas a Jehová estaba cerca!

“La expresión de Jehová”


Mediante Sofonías, Jehová mostró claramente que había de terminar por completo con la iniquidad. La profecía empieza con las siguientes palabras:
“‘Sin falta pondré fin completo a todo de sobre la superficie del suelo,’ es la expresión de Jehová.”

Había de llevarse a cabo un exterminio, el desarraigo de todo lo que era detestable a los ojos de Jehová. Esta “expresión” fue directamente al grano en lo que tenía que ver con demostrar cuál era la causa de los problemas de Judá... ¡la religión falsa! Pues Jehová dijo a continuación:

“Ciertamente extenderé mi mano contra Judá y contra todos los habitantes de Jerusalén, y ciertamente cortaré de este lugar a los que queden del Baal, el nombre de los sacerdotes del dios extranjero junto con los sacerdotes, y a los que están inclinándose en los techos ante el ejército de los cielos, y a los que están inclinándose, haciendo juramentos a Jehová y haciendo juramentos por Malcam; y a los que están retrayéndose de seguir a Jehová y a los que no han buscado a Jehová ni han inquirido de él.”—Sofonías 1:2-6.

¡Qué iniquidad! Aquellos judíos habían abandonado la adoración pura de Jehová para seguir el baalismo que practicaban las naciones de alrededor. El baalismo —que incluía sacrificios humanos, la prostitución ritual, la adoración de ídolos mudos y oraciones formalistas por prosperidad material— no tenía derecho a ocupar lugar alguno entre los adoradores de Jehová. (Números 25:1-5; Jeremías 7:30, 31; 11:17; 19:3-5)

La religión falsa les había conducido a toda clase de prácticas malas. Los sacerdotes de Judá habían violado el primer mandamiento al asociarse con “sacerdotes de dioses extranjeros.” (Exodo 20:2, 3) Conforme al mal ejemplo del rey Manasés, adoraron “el ejército de los cielos” y acudieron a mediums espiritistas en busca de guía. (2 Crónicas 33:1-6)

De acuerdo con la premisa falsa de que ‘hay algo bueno en todas las religiones,’ estaban igualando al dios ídolo Malcam con Jehová. Debido a que se habían alejado del Dios viviente, habían desarrollado “un corazón inicuo y falto de fe.”—Hebreos 3:12.

¿Es diferente la situación en la cristiandad hoy? Las naciones de la cristiandad todavía tienen gran culpa por derramamiento de sangre, debido a los millones de vidas que han sido sacrificadas en el altar de la guerra durante este siglo. Desde ambos lados el clero de la cristiandad apoyó estas guerras, y sigue con culpa por el derramamiento de sangre. (Compare con Jeremías 2:34, 35.)

Tal como los judíos se vieron envueltos en toda suerte de inmoralidad sexual, así también los miembros de la cristiandad hoy están envueltos en relaciones sexuales premaritales, promiscuidad sexual, intercambio de esposas, divorcio, homosexualidad y así por el estilo, mientras el clero hace la vista gorda ante tales prácticas o hasta las aprueba. ¡Qué contrario a las normas bíblicas!—1 Corintios 6:9, 10; Hebreos 13:4.

La astrología, la adivinación, el espiritismo... todas estas prácticas también se encuentran entre los que afirman que son cristianos. Bajo el pretexto de que ‘todas las religiones llevan a la misma meta,’ hoy se practica extensamente la unión de fes en la cristiandad.

Las supersticiones de la religión falsa se mezclan con la Biblia. Así, en vez de obedecer el mandato de Jesús de observar la Conmemoración de Su muerte una vez al año, la cristiandad da importancia a la Pascua florida, cuyo nombre en inglés, “Easter,” se deriva del nombre de la diosa del amor sensual, Astoret (Astarte, en griego), e incorpora en esta fiesta ritos y símbolos de fertilidad, tales como conejos y huevos de Pascua.

Cualquiera que haya estado envuelto en tales prácticas haría bien en seguir el buen consejo de 1 Samuel 7:3: “Si es con todo su corazón que están volviéndose a Jehová, quiten de en medio de ustedes los dioses extranjeros y también las imágenes de Astoret, y dirijan su corazón inalterablemente a Jehová y sirvan solo a él, y él los librará.” Sí, es esencial respetar a Jehová, su Palabra y sus requisitos si deseamos estar entre aquellos a quienes se invita a participar en su día de vindicación. Eso es lo que dice Sofonías mismo:

“Guárdese silencio delante del Señor Soberano Jehová; porque el día de Jehová se acerca, porque Jehová ha preparado un sacrificio; ha santificado a sus invitados.”—Sofonías 1:7.

En el tiempo de Sofonías, el escrutinio que Jehová hizo de los que profesaban ser adoradores suyos fue completo. Por eso “la palabra de Jehová” dice a continuación:
“Tiene que ocurrir en aquel tiempo que cuidadosamente escudriñaré a Jerusalén con lámparas, y ciertamente daré atención a los hombres que están congelándose sobre sus heces y que están diciendo en su corazón: ‘Jehová no hará bien, y no hará mal.’” (Sofonías 1:1, 12)

Tales personas egocéntricas estaban contentas con dejar que las cosas siguieran como estaban. No querían que nadie agitara las heces en sus tinas de vino. Eran como la cristiandad moderna sin fe, y también como algunos de los que se han desviado de adorar a Jehová, al decir: ‘¿Dónde está la prueba de que éstos realmente sean los “últimos días”?’ Tal manera de pensar resultó desastrosa en el tiempo de Sofonías, y puede ser más desastrosa aún en nuestro tiempo, a medida que nos acercamos al fin de todo el sistema mundial de cosas.—2 Pedro 3:3, 4, 10.

Respecto a tales personas materialistas y sin fe, Jehová dice a continuación:
“Su riqueza tiene que llegar a ser para pillaje y sus casas para yermo desolado. Y edificarán casas, pero no las ocuparán; y plantarán viñas, pero no beberán el vino de ellas.” (Sofonías 1:13)

¡Las posesiones mundanas no servirán para nada en el día de juicio divino! En vez de ir en pos de las cosas materiales hoy, ¡cuánto más práctico es el cultivar un punto de vista bíblico sobre la vida, y que los jóvenes se equipen para servir a Jehová de tiempo completo! ¡Siempre son felices los que escogen tener “tesoros en el cielo” en vez de ‘acumular para sí tesoros sobre la tierra’!—Mateo 6:19-21; Eclesiastés 12:1; 1 Timoteo 6:6-8.

Articulo publicado en la revista "La Atalaya" del 01 de Enero de 1982. Para complementar el tema escuche el audio libro "Vivamos muy pendientes del día de Jehová". Ambos editados por los testigos de Jehová.