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martes, 25 de marzo de 2014

Jesucristo... ¿enviado por Dios?


Capítulo 6

CASI toda persona que vive hoy ha oído acerca de Jesucristo. Su influencia en la historia ha sido mayor que la de todo otro ser humano. ¡De hecho, el mismísimo calendario que se usa en la mayor parte del mundo tiene como base el año en que algunos creen que él nació! Como dice El Diccionario Enciclopédico Espasa sobre “era común, cristiana o vulgar”: “Cómputo de tiempo que empieza a contarse por años desde el nacimiento de Jesucristo.”

De modo que Jesús no fue una persona imaginaria. Realmente vivió como hombre en la Tierra. “En la antigüedad ni los opositores del cristianismo dudaron jamás de la [realidad de la existencia] de Jesús,” indica la Encyclopædia Britannica. Entonces, ¿quién, precisamente, fue Jesús? ¿Fue realmente enviado por Dios? ¿Qué lo ha hecho tan bien conocido?

HABÍA VIVIDO ANTES

Así, antes de que naciera en la Tierra como hombre, Jesús había estado en el cielo como poderosa persona espiritual. Tenía un cuerpo espiritual invisible al hombre, como el que Dios tiene. (Juan 4:24) Jesús mismo se refirió con frecuencia al encumbrado puesto que había ocupado en el cielo.

En cierta ocasión oró: “Padre, glorifícame al lado de ti mismo con la gloria que tenía al lado de ti antes que el mundo fuese.” (Juan 17:5) También dijo a los que le escuchaban: “Ustedes son de las regiones de abajo; yo soy de las regiones de arriba.” “¿Qué hay, pues, si contemplaran al Hijo del hombre ascender a donde estaba antes?” “Antes que Abrahán viniese a existir, yo he sido.”—Juan 8:23; 6:62; 8:58; 3:13; 6:51.

Antes de su venida a la Tierra, a Jesús se le llamaba el Verbo o la Palabra de Dios. Este título muestra que en el cielo él servía como el vocero de Dios. También se le llama el “Primogénito” de Dios, así como su Hijo “unigénito.” (Juan 1:14; 3:16; Hebreos 1:6)

Esto significa que su creación tuvo lugar antes de la de todos los demás hijos celestiales de Dios, y que él es el único que fue creado directamente por Dios. La Biblia explica que este Hijo “primogénito” participó con Jehová en crear todas las demás cosas. (Colosenses 1:15, 16)

Así, cuando Dios dijo: “Hagamos un hombre a nuestra imagen,” estaba hablando a este Hijo. ¡Sí, el mismísimo que posteriormente vino a la Tierra y nació de una mujer había participado en la creación de todas las cosas! ¡Ya había vivido en el cielo con su Padre por una cantidad desconocida de años!—Génesis 1:26; Proverbios 8:22, 30; Juan 1:3.

SU VIDA EN LA TIERRA
Cuando Jesús tenía 12 años de edad viajó con su familia a Jerusalén para asistir a la celebración especial llamada la Pascua. Mientras estuvo allí pasó tres días en el templo escuchando a los maestros y haciéndoles preguntas. Todas las personas que le escucharon quedaron sorprendidas ante lo mucho que sabía. (Lucas 2:41-52) A medida que Jesús creció en Nazaret, aprendió a ser carpintero. Indudablemente recibió entrenamiento en este trabajo de su padre adoptivo, José, también carpintero.—Marcos 6:3; Mateo 13:55.

A los 30 años de edad aconteció un gran cambio en la vida de Jesús. El fue a donde Juan el Bautizante y le pidió que lo bautizara, que lo metiera por completo en las aguas del río Jordán. La Biblia informa: “Después que fue bautizado Jesús salió inmediatamente del agua; y, ¡mire! los cielos se abrieron, y vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.’” (Mateo 3:16, 17) En la mente de Juan no podía caber duda de que Jesús había sido enviado por Dios.

Al derramar Su espíritu santo sobre Jesús, Jehová estaba ungiéndolo o nombrándolo para que fuera el rey de Su reino venidero. Jesús, ungido así con el espíritu, llegó a ser el “Mesías,” o el “Cristo,” palabras que en hebreo y griego significan “Ungido.” Por lo tanto, llegó a ser, de hecho, Jesús Cristo (Jesucristo) o Jesús el Ungido. Por eso su apóstol Pedro habló acerca de “Jesús que era de Nazaret, cómo Dios lo ungió con espíritu santo y poder.” (Hechos 10:38) Además, por su bautismo en agua Jesús se estaba presentando a Dios para efectuar la obra para la cual Dios lo había enviado a la Tierra. ¿En qué consistía aquella importante obra?

POR QUÉ VINO A LA TIERRA


En una explicación de por qué había venido a la Tierra, Jesús dijo al gobernador romano Poncio Pilato: “Para esto he nacido, y para esto [o: con este propósito] he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad.” (Juan 18:37)

Pero, ¿para dar a conocer qué verdades en particular había sido enviado Jesús a la Tierra? Primero, verdades acerca de su Padre celestial. El enseñó a sus seguidores a pedir en oración que el nombre de su Padre fuera “santificado,” o tenido en santidad. (Mateo 6:9, Versión Valera) Y oró: “He puesto tu nombre de manifiesto a los hombres que me diste.” (Juan 17:6) Además, dijo: “Tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.”—Lucas 4:43.

¿Cuán importante era para Jesús esta obra de dar a conocer el nombre y el reino de su Padre? Dijo a sus discípulos: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.” (Juan 4:34) ¿Por qué consideraba Jesús que la obra de Dios era tan importante como el alimento? Esto se debía a que el Reino es el medio por el cual Dios ha de cumplir los maravillosos propósitos que tiene para la humanidad.

Este reino es lo que destruirá toda la iniquidad y limpiará el nombre de Jehová del oprobio que se ha arrojado sobre él. (Daniel 2:44; Revelación 21:3, 4) Por eso Jesús nunca se retuvo de dar a conocer el nombre y el reino de Dios. (Mateo 4:17; Lucas 8:1; Juan 17:26; Hebreos 2:12) Siempre habló la verdad, fuera o no fuera popular. Así suministró un ejemplo que nosotros debemos seguir si deseamos agradar a Dios.—1 Pedro 2:21.

Sin embargo, para que pudiéramos adquirir vida eterna bajo la gobernación del reino de Dios, Jesús tenía que derramar su sangre vital en muerte. Como lo dijeron dos apóstoles de Jesús: “Hemos sido declarados justos ahora por su sangre.” “La sangre de Jesús [el] Hijo [de Dios] nos limpia de todo pecado.” (Romanos 5:9; 1 Juan 1:7)

De manera que una razón importante por la cual Jesús vino a la Tierra fue para morir por nosotros. El dijo: “El Hijo del hombre no vino para que se le sirviera, sino para servir y para dar su alma [o vida] en rescate en cambio por muchos.” (Mateo 20:28) Pero, ¿qué significa el que Cristo diera su vida “en rescate”? ¿Por qué era necesario para nuestra salvación el que él derramara su sangre vital en muerte?

Porción del libro "Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra". Para complementar la información, lea la revista La Atalaya de Abril del 2011 con el tema de portada "Jesús: Su origen, su vida, su muerte", ambos editados por los testigos de Jehová.