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jueves, 26 de junio de 2014

Puntos sobresalientes del libro de Lamentaciones (Primera parte)

EL PROFETA Jeremías es testigo de cómo se cumple el mensaje condenatorio que ha proclamado durante cuarenta años. ¿Qué siente al ver con sus propios ojos la destrucción de su amada ciudad? “Jeremías se sentó, llorando, y se lamentó con esta lamentación en cuanto a Jerusalén”, dice la Septuaginta griega en su introducción al libro de Lamentaciones.

El libro expresa con gran viveza la angustia que le invade el corazón (Jeremías 52:3-5, 12-14). Nunca en la historia se ha llorado la pérdida de una ciudad con expresiones tan conmovedoras y desgarradoras.

Lamentaciones es una colección de cinco poemas líricos. Los cuatro primeros son lamentos, o endechas; el quinto es una plegaria. Los cuatro primeros poemas están escritos en acróstico, con versículos que empiezan sucesivamente con las veintidós letras del alfabeto hebreo. El quinto no sigue el orden alfabético, aunque el número de versículos es el mismo que el de las letras del alfabeto: veintidós (Lamentaciones 5:1, nota).

“SE ME HAN ACABADO LOS OJOS EN PURAS LÁGRIMAS”(Lamentaciones 1:1–2:22)

“¡Oh, cómo ha llegado a sentarse solitaria, la ciudad que abundaba en gente! ¡Cómo ha quedado como viuda, la que era populosa entre las naciones! Aquella que era princesa entre los distritos jurisdiccionales, ¡cómo ha llegado a ser para trabajo forzado!” Estas palabras dan inicio a las lamentaciones de Jeremías por la ruina de Jerusalén. Explicando el motivo de esta calamidad, el profeta dice: “Jehová mismo le ha traído desconsuelo a causa de la abundancia de sus transgresiones” (Lamentaciones 1:1, 5).

Representada como una mujer que ha perdido a su marido y a sus hijos, Jerusalén pregunta: “¿Existe algún dolor como mi dolor[?]”. Luego clama a Dios con respecto a sus enemigos: “Venga delante de ti toda su maldad, y trátalos severamente, así como me has tratado severamente a mí por causa de todas mis transgresiones. Porque son muchos mis suspiros, y mi corazón está enfermo” (Lamentaciones 1:12, 22).

Jeremías dice angustiado: “En el ardor de la cólera [Jehová] ha cortado todo cuerno de Israel. Ha vuelto atrás su diestra de delante del enemigo; y en Jacob sigue ardiendo como un fuego llameante que ha devorado todo en derredor”.

El profeta describe su aflicción con estas palabras: “Se me han acabado los ojos en puras lágrimas. Mis intestinos se hallan en agitación. Mi hígado ha sido derramado a la misma tierra”. Hasta los que pasan por allí preguntan asombrados: “¿Es esta la ciudad de la cual solían decir: ‘Es la perfección de belleza, un alborozo para toda la tierra’?” (Lamentaciones 2:3, 11, 15).

Respuestas a preguntas bíblicas:
1:15. ¿En qué sentido “ha pisado [Jehová] el mismísimo lagar que pertenece a la virgen hija de Judá”? Al arrasar la ciudad —asemejada a una virgen—, los babilonios hicieron correr tanta sangre que parecía como si se estuviera pisando uvas en un lagar. Puesto que fue el mismo Jehová el que predijo y permitió esta aniquilación, podía decirse que él había ‘pisado el lagar’.

2:1. ¿De qué manera fue ‘arrojada del cielo a la tierra la hermosura de Israel’? En vista de que “los cielos son más altos que la tierra”, a veces se representa la humillación de las cosas encumbradas diciendo que son ‘arrojadas del cielo a la tierra’. “La hermosura de Israel” —el esplendor y poder de que gozaba cuando tenía la bendición de Jehová— fue ‘arrojada’ al quedar destruida Jerusalén y desolada la tierra de Judá (Isaías 55:9).

2:1, 6. ¿Qué son el “escabel” y la “cabaña” de Jehová? El salmista cantó: “Entremos en su magnífico tabernáculo; inclinémonos ante el escabel de sus pies” (Salmo 132:7). Por lo tanto, el “escabel” de Lamentaciones 2:1 es el templo, o casa de adoración, de Jehová. Los babilonios “quemar[on] la casa de Jehová” como si fuera una cabaña, o una simple choza, en medio de un jardín (Jeremías 52:12, 13).

2:16, 17. Siguiendo el orden del alfabeto hebreo, ¿no debería comenzar el versículo 16 con la letra `á·yin y el 17 con la letra pe’? Al componer poemas de este estilo, los escritores inspirados solían seguir el orden alfabético, pero no a costa de sacrificar la naturalidad. El significado del contenido era más importante que ceñirse a una técnica literaria cuyo único objetivo era facilitar la memorización. La inversión del orden de estos dos caracteres se da también en los cantos tercero y cuarto (Lamentaciones 3:46, 49; 4:16, 17).

2:17. ¿Qué “dicho” en particular tocante a Jerusalén realizó Jehová? Al parecer, aquí se hace referencia a Levítico 26:17, donde dice: “Fijaré mi rostro contra ustedes, y ciertamente serán derrotados delante de sus enemigos; y simplemente los pisotearán aquellos que los odian, y ustedes realmente huirán cuando nadie los esté persiguiendo”.

Artículo publicado en la revista "La Atalaya" del 01 de Junio del 2007, Para complementar el tema lea el folleto "La BIblia y su mensaje".  (también disponible en audio libro) Ambos producidos por los testigos de Jehová.