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viernes, 24 de enero de 2014

¿La liberación de quiénes está cerca?

Las condiciones de la Tierra, cada vez más difíciles, constituyen una prueba sobresaliente de que un cambio de grandes proporciones, es más, una grandiosa liberación, está a las puertas. ¿De quiénes? Se acerca la liberación de aquellos que prestan atención a las señales de advertencia y toman las medidas pertinentes.

Primera de Juan 2:17 muestra qué se debe hacer: “El mundo [el sistema de cosas de Satanás] va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. (Véase también 2 Pedro 3:10-13.)

Jesús predijo que pronto se erradicará la actual sociedad corrupta, durante un tiempo de angustia “como [el] cual no ha sucedido [uno] desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder”. (Mateo 24:21.)

Esta es la razón por la que advirtió: “Presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder”. (Lucas 21:34-36.)

Los que ‘prestan atención’ y se ‘mantienen despiertos’ tratan de averiguar cuál es la voluntad de Dios, y la cumplen. (Proverbios 2:1-5; Romanos 12:2.) Estos son los que ‘lograrán escapar’ de la destrucción que dentro de poco le sobrevendrá al sistema de Satanás. Y pueden tener absoluta confianza en que serán liberados. (Salmo 34:15; Proverbios 10:28-30.)

El principal Libertador

Para que se libre a los siervos de Dios, Satanás y todo su sistema de cosas mundial tienen que ser eliminados. Eso requiere que la liberación proceda de alguien mucho más poderoso que los seres humanos. Ese es Jehová Dios, el Soberano Supremo, el todopoderoso Creador del imponente universo. Él es el principal Libertador: “Yo... yo soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador”. (Isaías 43:11; Proverbios 18:10.)

En Jehová reside la máxima expresión del poder, la sabiduría, la justicia y el amor. (Salmo 147:5; Proverbios 2:6; Isaías 61:8; 1 Juan 4:8.) Así que podemos tener la seguridad de que sus acciones serán justas cuando ejecute sentencia. Abrahán preguntó: “¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?”. (Génesis 18:24-33.)

Pablo exclamó: “¿Hay injusticia con Dios? ¡Jamás llegue a ser eso así!”. (Romanos 9:14.) Juan escribió: “Sí, Jehová Dios, el Todopoderoso, verdaderas y justas son tus decisiones judiciales”. (Revelación 16:7.)


Cuando Jehová promete liberación, él la trae sin falta. Josué dijo: “No falló ni una promesa de toda la buena promesa que Jehová había hecho”. (Josué 21:45.) Salomón declaró: “No ha fallado una sola palabra de toda su buena promesa que él ha prometido”. (1 Reyes 8:56.) El apóstol Pablo indicó que Abrahán “no titubeó con falta de fe, [...] estando plenamente convencido de que lo que [Dios] había prometido también lo podía hacer”. De igual modo, Sara “estimó fiel al que había prometido [Dios]”. (Romanos 4:20, 21; Hebreos 11:11.)

A diferencia de los humanos, Jehová es totalmente digno de confianza, fiel a su palabra. “Jehová de los ejércitos ha jurado, y dicho: ‘De seguro tal como he calculado, así tiene que suceder’.” (Isaías 14:24.) De modo que cuando la Biblia dice que “Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero reservar a personas injustas para el día del juicio para que sean cortadas de la existencia”, podemos tener plena confianza en que ocurrirá. (2 Pedro 2:9.)

Incluso cuando enemigos poderosos amenazan con aniquilar a los siervos de Jehová, estos cobran ánimo debido a que conocen el sentimiento de Dios, reflejado en la promesa que hizo a uno de sus profetas: “De seguro pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti, porque: ‘Yo estoy contigo —es la expresión de Jehová— para librarte’”. (Jeremías 1:19; Salmo 33:18, 19; Tito 1:2.)

Liberaciones en el pasado

Repasar algunos de los actos salvadores de Jehová del pasado puede animarnos
mucho. Por ejemplo, Lot estaba “sumamente angustiado” por la maldad de Sodoma y Gomorra. Pero Jehová prestó atención al “clamor de queja” contra aquellas ciudades. En el momento debido envió unos mensajeros para que instaran a Lot y a su familia a salir de la zona de inmediato. ¿Cuál fue el resultado? Jehová “libró al justo Lot” y ‘redujo a cenizas a las ciudades de Sodoma y Gomorra’. (2 Pedro 2:6-8; Génesis 18:20, 21.)

Hoy día, asimismo, Jehová escucha el clamor
de queja debido a la flagrante maldad de este mundo. Cuando sus mensajeros del día moderno hayan concluido su urgente obra de dar testimonio al grado que él desea, actuará contra este mundo y liberará a sus siervos, como lo hizo con Lot. (Mateo 24:14.)

Millones de personas del pueblo de Dios fueron esclavizadas en el antiguo Egipto. Jehová dijo sobre ellas: “He oído el clamor de ellos [...;] conozco bien los dolores que sufren. Y estoy procediendo a bajar para librarlos”. (Éxodo 3:7, 8.) Sin embargo, después de haber dejado marchar al pueblo de Dios, Faraón cambió de opinión y lo persiguió con su poderoso ejército.

Los israelitas parecían atrapados en el mar Rojo. No obstante, Moisés dijo: “No tengan miedo. Estén firmes y vean la salvación de Jehová, que él ejecutará para ustedes hoy”. (Éxodo 14:8-14.) Jehová dividió el mar Rojo, y los israelitas escaparon. Los ejércitos de Faraón cargaron tras ellos, pero Jehová utilizó su poder, de modo que “las aguas agitadas procedieron a cubrirlos; como piedra bajaron a las profundidades”. Después, Moisés cantó de alegría a Jehová: “¿Quién es como tú, que resultas poderoso en santidad? Aquel que ha de ser temido con canciones de alabanza, Aquel que hace maravillas”. (Éxodo 15:4-12, 19.)

En otra ocasión, Ammón, Moab y Seír (Edom), naciones enemigas del pueblo de Jehová amenazaron con aniquilarlo. Jehová dijo: “No tengan miedo ni se aterroricen a causa de esta gran muchedumbre enemiga; porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios. No tendrán que pelear en esta ocasión, esténse quietos y vean la salvación de Jehová a favor de ustedes”. Jehová libró a su pueblo confundiendo las tropas del enemigo, de modo que se mataron unos a otros. (2 Crónicas 20:15-23.)

Cuando la potencia mundial asiria fue contra Jerusalén, el rey Senaquerib se mofó de Jehová diciendo al pueblo que estaba en la muralla: “¿Quiénes hay entre todos los dioses de estos países [que he conquistado] que hayan librado su país de mi mano, para que Jehová libre a Jerusalén de mi mano?”. A los siervos de Dios les dijo: “No los haga confiar Ezequías en Jehová, diciendo: ‘Sin falta Jehová nos librará’”. Entonces Ezequías oró fervientemente para que se les librara: “Para que sepan todos los reinos de la tierra que tú, oh Jehová, eres Dios, tú solo”. Jehová mató a 185.000 soldados asirios, y Sus siervos fueron liberados. Tiempo después, mientras Senaquerib adoraba a su dios falso, sus hijos lo asesinaron. (Isaías, capítulos 36 y 37.)

No cabe duda de que nos anima ver cómo Jehová liberó maravillosamente a su pueblo en el pasado. ¿Qué podemos decir de hoy día? ¿En qué peligrosa situación se verán dentro de poco los siervos de Dios, que requerirá su milagrosa liberación? ¿Por qué ha esperado él hasta ahora para traer liberación? ¿Cuál será el cumplimiento de estas palabras de Jesús: “Al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca”? (Lucas 21:28.)
 

Artículo de estudio publicado en la revista "La Atalaya" del 01 de abril de 1997. Puede ser de su interés el tema "¿Cómo ve el futuro?"