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jueves, 26 de septiembre de 2013

Enfréntese al desafío de su ambiente


¿POR qué debe usted desear enfrentarse al desafío de su ambiente? Porque las criaturas que no pueden enfrentarse al desafío que les presenta su ambiente mueren; uno tiene que enfrentarse con buen éxito al desafío si quiere continuar viviendo. De hecho, para que uno disfrute de algún grado de salud y fuerza, para seguir progresando, para evitar la frustración, tiene que hacer frente con buen éxito, a cierto grado por lo menos, al desafío de su ambiente.

En nuestro mismísimo cuerpo tenemos ejemplos de cómo se puede hacer frente al desafío del ambiente. Como usted sabe, mientras mayor sea la altitud a que se esté, menos oxígeno hay en el aire. El cuerpo humano se enfrenta a este desafío de las grandes alturas aumentando el número de glóbulos rojos en la sangre. La gente que vive en lugares muy elevados por lo general tiene el corazón más grande que las demás personas. De manera semejante, la gente que vive en las zonas tropicales tiene más pigmento en su piel para protegerla de los rayos del Sol, los cuales dan más directamente allí.

Uno mismo puede protegerse
Hoy no solo sucede que el egoísmo del hombre está convirtiendo su ambiente físico en un ambiente cada vez más nocivo; sobre todo, también el ambiente mental y moral del hombre está siendo contaminado por hombres sin principios morales. Estamos bastante limitados en cuanto a evitar o corregir la contaminación física que nos rodea. Pero, ¿qué hay de la contaminación moral? ¿Podemos enfrentarnos al desafío que representa esto? Sí, podemos hacerlo. ¿Cómo? Básicamente guardando nuestro corazón y ejerciendo dominio propio.—Pro. 4:23.

 Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.

Dando consideración a la relación del hombre con su ambiente, el difunto Dr. Alexis Carrel, biólogo ganador del premio Nobel, declaró lo siguiente en su libro Man, the Unknown: “Cada individuo puede modificar su modo de vivir, crear en torno suyo un ambiente levemente diferente del de la muchedumbre irreflexiva. Puede aislarse en cierto grado, imponiéndose ciertas disciplinas [físicas] y mentales . . . para adquirir dominio de su cuerpo y mente.”

Sí, los hombres tienen una habilidad natural que les permite excluir de su mente ciertas cosas que los rodean. Pero no basta con poseer esta habilidad natural. Se necesita la ayuda de la Palabra de verdad de Dios y su espíritu si se quiere salir vencedor en un ambiente moral malo. Esto es vital para el cristiano que está en el mundo pero no es parte de él.

Por supuesto, funciona a favor de los intereses del cristiano el alejarse o abandonar, hasta donde sea posible, el ambiente que sea hostil a su bienestar espiritual. ‘Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.’

Sabiamente la Palabra de Dios aconseja: “No tengas compañerismo con nadie dado a la cólera; y con el hombre que tiene arrebatos de furia no debes entrar, para que no te familiarices con sus sendas y ciertamente tomes un lazo para tu alma.”—1 Cor. 15:33; Pro. 22:24, 25.

Pero quizás el cristiano tenga que ganarse la vida trabajando con personas de esa clase. Y a casi todos los jóvenes cristianos se les pone en contacto estrecho con asociaciones malas en la escuela. Por otra parte, puede que un cristiano o una cristiana tenga un cónyuge incrédulo que sea egoísta y además inmoral. Todas esas cosas constituyen el ambiente de los cristianos y son un verdadero desafío.

Cómo hacer frente al desafío

Los testigos cristianos de Jehová han demostrado vez tras vez que se puede hacer frente con buen éxito a este desafío. Muy notable fue su conducta en los campos de concentración en la Alemania nazi, Rusia y otros países. Las condiciones, el ambiente de estos campos, eran tan malas que degradaban a la mayoría de los que eran encarcelados en ellos. Pero de los testigos de Jehová el profesor Ebenstein escribió, en The Nazi State, que “cada miembro parece ser una fortaleza que puede ser destruida pero jamás tomada.” No solo se enfrentaron al desafío de aquel ambiente, siendo ‘rocas en un mar de lodo,’ como lo expresó otro autor, sino que hasta pudieron influir en otros de manera que éstos adoptaran un modo de vivir mejor, cristiano.

Aunque ahora hay comparativamente pocos cristianos en campos de concentración, casi todos ellos viven en un ambiente hostil que representa un desafío. Quizás se ejerza discriminación, quizás otros desafíen con escarnio a un cristiano o se mofen de él a causa de su raza, nacionalidad o religión. ¿Cómo responderá? ¿Se enconchará, por decirlo así, haciéndose amargado y resentido? ¿O estallará en violencia? Eso no sería enfrentarse con éxito al desafío, sino que representaría derrota. Para hacer frente al desafío y salir victorioso tendrá que imitar a Jesús, de quien se escribió: “Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia.”—1 Ped. 2:23.

O quizás el ambiente del cristiano sea sumamente inmoral. Quizás los que lo rodeen en donde esté empleado o en la escuela estén usando habla obscena, estén contando cuentos sucios. ¿Cómo puede enfrentarse con buen éxito a este desafío? Ciertamente por no participar en habla de esa clase, no divertirse con ella, ni prestarle oído curioso. De nuevo la Palabra de Dios da buen consejo, diciendo: “Sigan asegurándose de lo que es acepto al Señor; y cesen de participar con ellos en las obras infructíferas que pertenecen a la oscuridad, sino, más bien, aun censúrenlas.”—Efe. 5:10, 11.

A veces el cristiano quizás encuentre a sus compañeros de trabajo hurtando artículos de su patrón o haraganeando en el trabajo. Para evitar acusaciones de ser ‘muy santo’ o ‘tratar de mostrarse superior a otros,’ ¿puede participar en esas prácticas? No, si quiere estar agradando a Dios.

¿Qué ayudará a los cristianos a hacer frente a esos desafíos? Una cosa que ayudará es reemplazar el temor de los hombres con confianza en Jehová. (Pro. 29:25)

El temblar ante los hombres es lo que tiende un lazo, pero el que confía en Jehová será protegido.

En ocasiones el temor a los hombres de la casa de uno tiende un lazo, ya sea porque se opongan a Para tener esa confianza uno tiene que alimentar su mente estudiando con regularidad la Biblia, y fortalecer su corazón meditando en ella, y seguir asociándose con otros que buscan la guía de Dios.


Articulo tomado de la revista ¡Despertad! del 22 de enero de 1972, Publicada por los testigos de Jehová. Pueden descargarse mas articulos de la pagina oficial en formatos pdf para su lectura, asi como mp3 y aac en audio.

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