Se escucho el timbre del
teléfono, no conocía el numero, o al menos no lo recordaba (tal vez
no lo quise recordar) escuche tu voz y no la conocí, era lejana,
desconocida, vacía, fría e impersonal. Al decirme quien eras el
miedo y el dolor volvieron a apuñalar mi alma. Al volver a escuchar
tus reclamos sentí coraje, por dejar que no me respetaras, por
permitir que fuera tu pañuelo, tu alfombra, tu papel del baño.
Solo
puedo decir que no puedo volver a atrás. Te di muchas oportunidades
por casi siete años y solo con una frase borraste el cariño que
sentía. Ahora soy yo el que te dice: Por favor se feliz, no vuelvas.
No dejes que el cariño
que sentí por ti se vuelva odio. Que los buenos recuerdos se queden
aquí conmigo y los malos se queden en el pasado. No quiero cargar
con una relación que no tiene futuro. ¿Sabes? Te deseo lo mejor y
no dudes que con quien estas te hace feliz. Olvídame como yo te
olvide.